El país se encuentra inmerso en medio de una emergencia sanitaria global: la pandemia del coronavirus. La irrupción del COVID-19 ha sorprendido a los dominicanos cuando está en marcha una campaña electoral para que la población escoja a los integrantes del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo, el pròximo 16 de mayo.
En ese marco se adiciona la derrota que acaba de sufrir el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el domingo 15 de marzo, en las elecciones municipales, que muchos consideran el preámbulo de lo que también ocurrirá ese 16 de mayo próximo.
El Gobierno dominicano acaba de imponer una ofensiva, al igual que otros países, para contener la expansión del coronavirus. La Declaración de Emergencia Nacional dispuesta por el Poder Ejecutivo, con respaldo del Congreso Nacional, como lo dispone la Constitución de la República, no deja de suscitar ojeriza entre diversos sectores de la vida nacional.
Por “error”, o para ver si el Congreso, que tiene el hábito de aprobar leyes sin leerlas, se tragaba el anzuelo, el Palacio Nacional solicitó en su proyecto de Declaración de Emergencia Nacional, el propósito de eliminar la libertad de expresión. Suerte que legisladores de la oposición advirtieron el “error”, y el Gobierno lo enmendó.
En medio de la preocupación nacional por la presencia del (coronavirus) o COVID-19, las autoridades aceptaron pagar a la empresa Odebrecht 395 millones de dólares extras al monto original por la construcción de la cuestionada central eléctrica Punta Catalina. Es la misma empresa que pagó sobornos por 92 millones de dólares para obtener la concesión para construir distintas obras, y la que operó desde suelo dominicano su división de Operaciones Estructuradas para administrar sobornos a autoridades de otros países.
Después de ese “palo acechao”, la opinión de gran parte de la población ve con mucho recelo el plan propuesto por el mandatario, pues se piensa que el mismo podría ser usado para ver si logra despegar la candidatura presidencial del exfuncionario del gobierno y dirigente del PLD, Gonzalo Castillo.
El Gobierno tiene que dar pasos para aumentar su credibilidad en la población, para que se crea que de verdad actúa de buena fe, en busca de lo mejor para todos los ciudadanos y no para su parcela política.
Estamos en un momento en que se necesita unificar la nación contra la pandemia del COVID-19, que está provocando millones de enfermos y miles de muertos, en cantidades en ascenso.
El coronavirus ha modificado la vida nacional, como lo ha hecho a nivel mundial. Se ha modificado por fuerza la economía, la educación, y aquí, la campaña electoral. En medio de todo este bullicio, hay que admitir que la Junta Central Electoral trabaja contra el reloj en la organización de esos comicios.
Muchos ciudadanos manifiestan sus dudas de que el proceso finalmente pueda ser honrado en medio del deseo de sectores que acarician la idea de posponer las elecciones.
La lucha contra el este virus global exige la unidad de todos los dominicanos y la transparencia en el uso de los recursos extraordinarios que manejará el Poder Ejecutivo.
