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viernes, abril 19, 2024

Deterioro de la “Nueva” Barquita, vuelve loca a la gente en orillas del río Ozama

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SANTO DOMINGO.Como si fuera culpa del tiempo y no de España, la Nueva Barquita, eso que el gobierno identificó como una gran maravilla reivindicadora de pobreza en las márgenes del río Ozama, hoy no es más que un lamento. En aquello que fue presentado como “un bulto” por la política, en sólo cuatro años, los usuarios se quejan porque “ahora viven en peores condiciones que cuando residían en las orillas fétidas del Ozama”.

 

“No tenemos fuentes de ingreso, y más de 25 familias están hasta durmiendo en el suelo porque no tienen camas ni otros enseres”, es la queja que se oye por doquier.

¿Por qué? El Patronato que rige la Nueva Barquita no permite que entren allí ningún mueble. Los vicios de construcción son muchos y diversos en las edificaciones, afuera y dentro de los apartamentos que habitan casi dos mil familias. Algunos cabezas de familias se confiesan desequilibrados al no tener solución a su problema.

El padre Gregorio Alegría, sacerdote católico, presidente del Patronato alega que sólo un 20 por ciento de todas esas familias paga los mil pesos de mantenimiento que se les exige por habitar allí.  Y dice que quien quiera llevar allí algún mueble, tiene que agotar un protocolo.

Hay quienes están en apartamentos vacíos, sin muebles y sin puertas. Y sin dinero para nada.

¿Qué es la Nueva Barquita?

La Nueva Barquita es una de las maravillas del Gran Santo Domingo, edificada por el anterior gobierno, desde 2016. Una verdadera maravilla según el gobierno de aquel entonces. Sería algo magnífico para La Jabilla, Sabana Perdida y Santo Domingo Norte. Con una inversión anunciada de 4,000 mil millones de pesos. Y hasta una ribera de Santo Domingo Este sería regenerada.

El paquete del paquetero:

Ese proyecto maravilloso que sería entregado un 29 de junio del 2016 por el presidente Danilo Medina, beneficiaría a 6,000 infelices distribuidos en 1,637 familias, alojándolas en 1,780 apartamentos componentes de 112 modernos edificios. Allí, habría energía eléctrica, agua potable, sistema de gas por tuberías.

Además, tres plantas de tratamiento para humedales, con lagunas artificiales con plantas en flotación para absorber los desechos de las aguas residuales para que no contaminen el río Ozama.

 

Plantas que funcionarían las 24 horas del día, durante los 365 días del año, sin que consumieran energía, sin contaminación, sin malos olores, sin plagas ni mosquitos y bajo costo de mantenimiento. Aguas residuales que no agredirían el medio ambiente.

Esta maravilla anunciada tendría 90 locales comerciales, plazas y parques, tres estanciales infantiles con centros de diagnósticos, iglesias, centros de capacitación, fiscalía y estación de Policía. Pero también un liceo y polideportivo, un pley de beisbol, canchas de futbol, de basketbol, tres kilómetros de ciclo vía y un kilómetro de bicicross.

“Bienestar humano, cariño y amor al prójimo”, decía aquel gobierno, eran su inspiración para levantar tal construcción.

Cuarenta empresas de construcción, trece procesos de licitación pública, en una plataforma de 54 hectáreas de estructura. Familias muy pobres serían reubicadas al sacarlas de zonas de alto riesgo de inundaciones y deslizamiento de tierra.

El patronato La Nueva Barquita administraría las infraestructuras con el fin de garantizar la sostenibilidad física, social y económica del proyecto. Para garantizar el patrimonio familiar que recibe hoy La Nueva Barquita, se ha establecido la figura de contrato de comodato: luego de 10 años, las unidades habitacionales pasarán a ser bien de familia. Estas viviendas no se podrían vender, ni destruir, ni subarrendar.

Un grupete para eso. Allí cobró todo el mundo.

Desde 2016, la Nueva Barquita sería el orgullo de este grupete, comprometido por el gobierno de entonces, a la cabeza una Unidad Ejecutor llamada URBE, con el señor José Miguel González Cuadra, puesto allí por la Presidencia de la República. Y seguía: Inconserca, Esteban González; Arquitectos: Plácido Piña, Alejandro Matos, Patricia Cuevas, Neiquel Filpo; Ingenieros: Fabién Maríñez, Omar Guzmán, Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC); Odebrech,  Ing. Fabién Maríñez; Constructora J. López; MOPC, Odebrech Movimiento de tierras: Ing. Fabién Maríñez; Ing. Omar Guzmán; Oliver Martínez; Constructora J. López Tanque vitrificado: Integra, Carlos Báez; Ingeniería Civil y Ambiental (ICA), Sobeida Perdomo Consultor Sanitario: Ing. Magda Duarte, VD y Asociados Consultor Seguridad: Máximo Mercedes, Optimsol Ingenieros de obra: Mayelin Cabral, René de Castro Plantas de tratamiento: Aqua, Daniel Calvillo; Integra, Carlos Báez; Ing. Omar Guzmán Arbolado urbano: Marianna Szabo Plazas, parques e instalaciones deportivas: Marianna Szabo Arbolado urbano: Equipo URBE: Agustín Balbi, Emil Rodríguez, Ibsen García, Jesús Díaz, Marianna Szabo, Millet Juan, Neiquel Filpo, Oliver Martínez, Paola Terrero, Patricia Cuevas, Rocío Vidal Plaza San Francisco de Asís: Arq. Ibsen García, Arq. Jesús Díaz, Arq. Patricia Cuevas, Arq. Ricardo Brito Diseño eléctrico: Inconserca; Ing. Ernesto García Diseño hidrosanitario: Integra, Carlos Báez Iluminación: Arq. Neiquel Filpo, Ing. Ernesto García Multiuso, destacamento policial y centro Progresando: Arq. Millet Juan; Arq. Patricia Cuevas Estancia infantil: Arq. Jordi Masalles Centro de día: arquitectos Ibsen García, Jesús Díaz, Neiquel Filpo Anfiteatro: arquitectas Ibsen García, Patricia Cuevas; Ing. Agustín Balbi Liceo y centro de diagnóstico: Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) Polideportivo: Arq. Millet Juan, Arq. Neiquel Filpo Parroquia San Francisco de Asís: Arq. Ibsen García, Arq. Patricia Cuevas; Covalpa, Juana Ovalle, Nivio Caamaño Edificios habitacionales: Inconserca, Esteban González; equipo URBE (Ibsen García, Millet Juan, Neiquel Filpo, Patricia Cuevas, Rocío Vidal) Terminaciones generales: Arq. Neiquel Filpo.

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