20.5 C
Santo Domingo
jueves, marzo 28, 2024

El inicio del año escolar

Las más leídas

En estos días ha estado en el tapete el tema inicio del año escolar y se ha criticado sin razón al nuevo ministro de Educación, un conocedor del sistema educativo dominicano, como es el profesor Roberto Fulcar –quien apenas se estrena-  en el sentido de que no termina de decidir cómo se va a desarrollar el calendario escolar 2020-2021, ante la incidencia de la pandemia y los masivos contagios por coronavirus.

Pues bien, yo difiero de aquellos que dicen que no es posible abrir las aulas, que no estamos preparados para mandar nuestros hijos a las escuelas, en fin…

El Ministerio de Educación no puede darse el lujo de que la educación siga coja o mocha. El pasado año, los estudiantes fueron promovidos sin haber concluido el calendario ante la inminente incidencia de la pandemia para evitar contagios, eso se entendió en ese momento, pues había mucho desconocimiento del comportamiento del virus que provocaba muertes continuas e incertidumbre, sobre todo en países europeos como Italia, Francia, España y Gran Bretaña, con los sistemas de salud sólidos. En algunos de estos países, las escuelas han comenzado a reabrir sus puertas, pese a los altos niveles de contagio.

En nuestro país, tenemos seis meses lidiando con la enfermedad y aun estamos en estado de emergencia ante el COVID- 19.

Pues bien, el año escolar debe empezar y de manera presencial. ¿Cómo? Debe comenzar en aquellos lugares donde los contagios son menores y hay controles; e integrar a la población estudiantil de manera paulatina a los salones de clases, claro está, cumpliendo con los protocolos que imponen los organismos de salud  para evitar que la enfermedad se propague aun más.

Les recuerdo que los virus no desaparecen como por arte de magia. No soy médico, ni especialista en infectología, pero si tengo un sentido común. El virus continuará entre nosotros, y es seguro que en la medida que pasa el tiempo tendremos información más precisa sobre el comportamiento y cómo combatirlo, amén de las vacunas que varios países se disputan para proveer a los diferentes gobiernos en la “supuesta” erradicación del famoso virus que comenzó propagándose en la ciudad de Wuhan, China, y que tiene como centro de contagio, actualmente, a países latinos, y a Estados Unidos, entre estos a República Dominicana.

En sectores populares es frecuente ver niños y jóvenes en edad escolar pasearse por las calles y compartir sin guardar distancia, sin mascarillas y con poca higiene. Focos de contaminación, no solo para incubar este terrible virus, sino otros, igual de letales.

Pero también me pregunto si estamos listos para proveer energía 24/7 a nivel de todo el país, e internet al mismo tiempo. Si podrán los estudiantes menores de diez años trabajar concentrados desde sus casas de manera virtual o pensar si estarán o no supervisados por un adulto desde su hogar.

Así que, pienso que es buena la idea de comenzar el año escolar de manera presencial, guardando distanciamiento en las aulas, con el uso apropiado de mascarillas, y otros elementos para la higienización de las áreas.

Abrir poco a poco esos espacios e impartir la docencia en horario de 8 de la mañana a 1 de la tarde, con una hora de receso monitoreada por personal de seguridad. También se podrían turnar a los estudiantes en sus clases presenciales durante la semana y los horarios hasta que sea necesario.

Con respecto a las clases virtuales, no es que me oponga, pero todo a su debido tiempo. Se puede implementar de manera dual para que los alumnos se acostumbren y estén cubiertas las necesidades (luz e internet).

 

Esto es importante tomarlo en consideración, pues de lo contrario estaríamos echando los recursos y el tiempo al viento.

La experiencia a la que ha estado expuesto el sistema educativo dominicano, a pesar de ese 4% del Producto Interno Bruto asignado, no ha sido la mejor en términos cualitativos y cuantitativos, y concuerdo con el actual presidente Luis Abinader, cuando dijo en su discurso de toma de posesión que en esa cartera hubo más negocio que educación. Un bochorno para el país y para quienes pagamos impuestos religiosamente, estar entre los peores de América Latina.

Es tiempo de que pensemos mejor las cosas, y demos la real importancia a la educación que se sirve desde el Estado y desde el sector privado para construir un mejor país.

 

 

 

 

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Lo último