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viernes, abril 19, 2024

 En Irak, bombas hacen que Francisco refuerce clamor por la paz

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Sputnik, agencia noticiosa rusa difundía en horas de la tarde del domingo la información de “numerosos muertos por el estallido de dos artefactos explosivos en Siria”. Se habla de 18 civiles fallecidos como consecuencia de la detonación de dos minas en Hama.

Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a facciones armadas de la oposición y a organizaciones terroristas.

Apenas en febrero, el Estados Unidos de Joe Biden atacó con armas mortales de precisión el sudeste de Siria. Los norteamericanos persisten con su espíritu guerrerista en tierras lejanas. El Ministerio de Defensa iraquí se vio obligado a desmentir declaraciones del secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, sobre un supuesto intercambio entre los servicios de inteligencia, que tuvo lugar antes del ataque contra la frontera entre Irak y Siria.

La misma agencia noticiosa escribía más abajo otra información señalando que “el Papa Francisco estaba celebrando una misa en la ciudad de Erbil, en el tercer día de su visita a Irak. Aquí, advirtió que su Iglesia está viva en la sabiduría de la cruz. se reunió con el Catholicos-Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, Mar Gewargis III, recordando a los muchos cristianos que han derramado su sangre mostrando el camino hacia la plenitud de la unidad iniciado en 1994 con la Declaración Cristológica Común entre la Iglesia Católica y la Iglesia Asiria de Oriente.

El Papa se ha estado movilizando en territorio entre Siria e Irán. En su tercer día de visita en Irak, el Santo Padre miró de frente la destrucción causada por el terrorismo y oró por las víctimas de la violencia, pero también exhortó fuertemente a la esperanza.

Se reunió con el Presidente y el Primer Ministro de la región autónoma del Kurdistán iraquí, y hasta la ciudad de Qaraqosh, la única con población mayoritariamente cristiana en el país de Medio Oriente. Ayer, concluyó con la última actividad oficial del Viaje Apostólico del Papa, que fue la misa en el estadio Franso Hariri, en donde utilizó por única vez el papamóvil y continuó saludando a una congregación de alrededor de diez mil personas. Posteriormente volvió a Bagdad, desde donde partirá de regreso a Roma.

En realidad, Siria e Irak, hoy, no están en guerra. Al llegar a Irak, Francisco respiró profundo y dijo: “Era un deber visitar esta tierra martirizada».

En los pueblos de Irak, Francisco ha sido recibido como un real líder de una moral pacifista, estos tiempos convulsos remarcados, precisamente en esta convulsa región de Medio Oriente.

Israel, un Estado engendrado en 1948 a la fuerza en el corazón de Palestina, para cruenta ofensa de los árabes, sobre enseñanzas de que Jesús no es el Mesías prometido desde los orígenes del monoteísmo. No hay que perder de vista que en el subsuelo de Medio Oriente estos pueblos guardan una inmensa riqueza petrolera ambicionada por las grandes potencias.

Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso ahí al hombre que había formado, anuncia el Génesis (2:8). Entre los ríos Tigris y Éufrates, en la llanura de la Mesopotamia, puso Dios al hombre tras haberlo creado a partir del barro. Hoy, esa zona que es el actual Irak.

Cualquier ser humano medianamente culto, aún sumido en el cristianismo colocaría, hoy, el texto de la Biblia de Jesús, en la parte de los Evangelios, junto al texto del Coram de Mahoma. Ese hecho produciría ni pizca de escándalo.

El Papa, en Irak ha persistido en que la religión no puede ser un instrumento que justifique guerras y persecuciones de los hijos de Dios. Tiene presente las décadas de persecución y exilio que han condenado el destino de los cristianos de Irak. Antes del hostigamiento y persecución de los norteamericanos contra este país, para derrocar a Sadam Hussein, seguidos de la brutalidad del Estado Islámico, los cristianos han sido testigos mártires. Ironía de la vida: Hussein, en cierto modo les daba protección. Allí, había un millón y medio de cristianos en la antigua Mesopotamia. Ahora, son apenas unos 250 mil.

Está claro. La visita de Francisco a este pueblo tiene un significado global y es parte de los cambios que estamos presenciando.

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