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martes, abril 23, 2024

Hacia una investigación bioepistémica del mundo natural

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En la actualidad se realizan con más frecuencia, investigaciones orientadas a las especies vegetales que contengan sustancias bioactivas de interés farmacológico, ya que las sociedades están cada vez más informadas sobre las posibles toxicidades producidas por productos sintéticos.

A través del tiempo el uso etnobotánico de las plantas ha sido el soporte en la atención primaria para mejorar, prevenir y curar los padecimientos, pues el ser humano siempre ha recurrido a las especies botánicas para enfrentar las enfermedades.

Los sustancias bioactivas existentes en las especies vegetales, suelen ser más complejas que los sintéticos y actúan de manera combinada, condición esta, que hace más difícil la resistencia por parte de microorganismos patógenos frente a las drogas vegetales (Toledo et al., 1990).

La división taxonómica conocida como Bryophyta incluye musgos, hepáticas y antocerotes. Son plantas que carecen de sistema vascular y cuyas exigencias de crecimiento incluyen poca luz, mucha humedad y clima templado (Martínez et al., 1997, Díaz et al., 2005). La mayoría son plantas herbáceas pequeñas que crecen muy cerca, unas de otras, formando cojines sobre rocas y suelo, o sobre troncos y hojas de bosques (Schofield, 1985).

Los musgos han sido estudiados en países latinoamericanos como Chile, Argentina, Colombia, Perú, Venezuela y México. Países como China,

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Canadá, Irlanda, Reino Unido entre otros, exportan hacia Estados Unidos musgos para diferentes usos, como adornos y para uso medicinal, siendo Chile el mayor exportador del género Sphagnum y China el mayor consumidor.

La República Dominicana por su ubicación geográfica, sus diferentes microclimas y abundante diversidad biológica, debe poseer una gran variedad de musgos aunque todavía son muy pocos los que han sido reportados a través de investigaciones.

Problemática

Las interacciones ecológicas dominan el planeta y en estas se encuentran las medicinas para el hombre, los alimentos de emergencia para mamíferos y aves silvestres, así como lugares de protección y anidamiento para gran cantidad de insectos, anfibios, protozoos, tardígrados, entre otros especímenes que conforman los ecosistemas.

Según Glime, J. M., 2007, a lo largo de la historia evolutiva, las briofitas han adquirido un arreglo fisiológico que un día podría probarse que es una fuente sustancial de medicinas humanas o proveer un banco de genes para sintetizar proteínas, enzimas, azúcares o ácidos grasos que permitan a las plantas de cultivo sobrevivir a la sequía, al frío o a las infecciones más diversas. Mientras su valor económico a la fecha ha sido limitado, hay indicios excitantes de nuevos usos para las briofitas en un futuro cercano.

En la Edad de Piedra hombres que vivían en lo que se llama actualmente Alemania, ya recolectaban el musgo Neckera crispa (Grosse-Brauckman, G., 1979). Hay otras evidencias que sugieren una variedad de usos de los musgos por varias culturas alrededor del mundo (J. M. Glime & D. Saxena, 1991).

Sin embargo por su mínimo tamaño y por su aparente intranscendente rol en el medio ambiente, además del poco valor comercial, las briofitas parecerían no tener muchas utilidades. Actualmente los musgos están siendo considerados como fuentes de genes para la modificación de plantas agrícolas, para de esta manera enfrentar los estreses fisiológicos de la modernidad.

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En los países subdesarrollados como la República Dominicana cada día es más frecuente la tendencia por parte de los habitantes de las comunidades a la automedicación por múltiples razones. Una, por el aumento desmedido de los medicamentos en general, y otra porque están acostumbrados a contrarrestar sus dolencias utilizando plantas con recetas heredadas de sus ancestros, y, porque tampoco tienen los recursos financieros para ir al médico y por tanto se acomodan a comprar sus medicamentos cuando los vecinos les recomiendan estos, apoyados en sus experiencias, entre otras tantas motivaciones.

En efecto, cada día más en la población dominicana se hace uso indiscriminado de antibióticos en padecimientos en los cuales realmente no deberían usarse como por ejemplo en virosis como la gripe. Esta práctica ha provocado que cuando se hace necesario el uso de antimicrobianos, tanto de amplio espectro como de espectro específico, los microorganismos patógenos desarrollan resistencia a estos y las alternativas en las antibioterapias que dependen de antibióticos sea cada vez menor. La industria farmacológica mundial debe implementar con más frecuencia las investigaciones dirigidas al desarrollo de moléculas que tengan actividades antimicrobianas y cuyas materias primas sean plantas medicinales.

Justificación

Entre las tendencias actuales más generalizadas en el estudio y utilización de plantas medicinales, se encuentran los esfuerzos para realizar una búsqueda de complejos que proporcionan nuevas sustancias bioactivas con efectividad antimicrobiana.

A diferentes géneros y especies de musgos se les atribuye efectos antimicrobianos contra algunas bacterias como Bacillus cereus. Otras investigaciones reportan actividad antimicótica y contra bacterias Gram- positivas y Gram- negativas (Singh et al., 2006).

Los musgos no poseen las mismas barreras anatómicas que las plantas vasculares, por lo que se ha sugerido que la acumulación de ciertos compuestos, como los flavonoides, ejerce un rol fundamental en su defensa y adaptación a condiciones causantes de estrés oxidativo. La capacidad de actuar como antioxidante natural le confiere a los musgos del género Sphagnum una gran aplicación en el campo de los alimentos, la industria, la medicina, la cosmética, entre otros. Existen antecedentes históricos del uso de estos musgos en la recuperación de heridas aplicadas a soldados durante la segunda guerra mundial con muy buenos resultados, anticipándose a los tratamientos con penicilina (Hauser, 1996).

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En la República Dominicana se ha reportado la distribución geográfica de musgos del género Sphagnum, donde se comunican el géneros como parte de la diversidad presente en el país principalmente en Ébano Verde, Valle Nuevo y la Sierra de Bahoruco (Mateo Jiménez, A., 2011). Igualmente se reporta el género Sphagnum localizado en Valle Nuevo, La Vega con efectos antimicrobianos por pruebas de Resistencia y Sensibilidad, frente a bacterias tan resistentes como Pseudomonas aeruginosa (Robles F. y Rodríguez R. 2014).

Es inminente preguntarse lo siguiente:

1.-¿Los musgos son indicadores ambientales y por esto muy valorados en la República Dominicana?

2.-¿Los musgos del género Sphagnum se utilizan para fines industriales y agrícolas por su absorción y retención de metales pesados y agua?

3.-¿La Industria Farmacéutica Dominicana nunca ha utilizado los musgos en la producción de medicamentos?

4.-¿Los musgos han sido ampliamente estudiados en las universidades y centros de investigaciones en la República Dominicana?

5.-¿El género Sphagnum tiene gran actividad antimicrobiana?

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Desarrollo

Sphagnum es el género más abundante dentro de las briofitas, teniendo una importancia considerable para la ecología y economía mundiales. Probablemente hay cerca de 150 especies reconocibles; sin embargo, han sido descritas más de 300 especies.
Su descripción taxonómica es la siguiente:
División: Bryophyta
Clase: Sphagnopsida
Orden: Sphagnales
Género: Sphagnum

Sphagnum es el único género representante de la subclase esfagnidas y comprende unas 200 especies. Es un grupo muy antiguo y especializado de musgos acrocárpicos que pueden llegar a tener un metro de alto, inmersos en las turberas, aunque generalmente no superan los 30cm.

Los esfagnos forman céspedes o almohadillas más o menos apretados de color verde claro, amarillento, parduzco o rojizo. (Barreno et al., 2007).

Sphagnum por su propiedad antiséptica y gran poder de absorción se ha utilizado como medio para germinar semillas, aditivo para proteger al suelo de los cambios bruscos de temperaturas, como material de empaque, para rellenar cojines y colchones, para obturar los resquicios de las maderas y como material aislante.

En medicina se le ha usado para preparar vendajes quirúrgicos porque absorbe y retiene mejor los líquidos más uniformemente y hace a los vendajes más frescos, más suaves y menos irritantes que los de algodón; los vendajes se elaboran más rápidamente y a menor costo.

El esfagnol, es un destilado de alquitrán de turba, muy útil en el tratamiento de algunas enfermedades de la piel y auxiliar en las picaduras de insectos, por sus propiedades antisépticas.

Las plantas secas de sphagnum se venden en tiendas de hierbas en algunas partes de China; se recomienda hervir la planta en agua y usar el cocimiento para curar hemorragias agudas y enfermedades de los ojos.

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En el norte de Europa las turbas se utilizan como combustible; en la ex Unión soviética e Irlanda se quema para generar electricidad. También apropiada para la producción de gas sintético natural, gasolina y en condiciones mojadas puede producir aceite por licuefacción (Delgadillo et al., 1990).

El musgo inhibe la proliferación de microbios porque absorbe fácilmente los metales pesados, incluido el hierro que fomenta el crecimiento microbiano. Sin hierro en el agua, los microbios no pueden proliferar. El musgo Sphagnum es la alternativa natural al cloro de las piscinas.

El musgo también previene el crecimiento del biofilm, la capa de bacterias que se adhiere a las superficies de la piscina y recubre el interior de las tuberías, causando corrosión. Ese biofilm absorbe el cloro de la piscina, que cada vez requiere mayores cantidades de cloro para mantener los niveles de higiene precisos (Ecoticias, 2010).

Al desaparecer el biofilm de la piscina con el uso de musgo, se necesita menos cloro para lograr su efectividad. Tanto es así, que la cantidad necesaria de cloro baja en un 50 por ciento, con el consiguiente ahorro en costes y daños a la salud. En el caso de los nadadores asmáticos de St. Paul, ha descendido su necesidad de utilizar inhaladores, gracias a la reducción del uso de cloro en su piscina. Algo que también ha aumentado la afluencia de público.

El uso antimicrobiano del musgo ya fue tipificado en la Primera Guerra Mundial, cuando los soldados que lo aplicaron a sus heridas registraron un mayor índice de supervivencia que aquellos que las protegieron con algodón.

La limpieza de agua mediante musgo Sphagnum también ha empezado a implementarse en balnearios y spas. Sus siguientes aplicaciones serán los sistemas de riego de aves de corral, el agua de enfriamiento de una planta energética y los suministros de agua doméstica. Cualquier industria que utilice agua podría beneficiarse del tratamiento con musgo. El reto es lograr una recolección sostenible de esta planta (Ecoticias 2010).

Las bacterias son los organismos más numerosos en la naturaleza y se le encuentra en todos los sitios. Se conocen aproximadamente 1600 especies, de las cuales la mayoría son saprofitas, por lo cual llevan a cabo importantes funciones en la eliminación de residuos vegetales, animales, industriales y contaminantes del ambiente. Algunas tienen la capacidad de utilizar luz o ciertos compuestos inorgánicos como fuente de energía para la biosíntesis (bacterias autótrofas).

También hay bacterias asociadas de múltiples formas con organismos superiores, como fijadoras de nitrógenos en las leguminosas y las habitantes en el tracto digestivo en los rumiantes. Dentro de las amplias gamas de asociaciones también ocupan un lugar preponderante las causantes de enfermedades en el hombre (cólera, tuberculosis, tétano), los animales (ántrax, mastitis, diarrea) y las plantas (moco, marchitez, pudriciones). Finalmente hay otras utilizadas en procesos industriales (industrias lácteas) e investigaciones biotecnológicas (ingeniería genética), que generan gran beneficios a la humanidad (Rivera-Coto, G., 1991).

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Las bacterias son células sin núcleo definido, con un solo cromosoma circular. Están provistas de membrana y pared celular y algunas de ellas poseen flagelos en los extremos o redondeando la células. De acuerdo con esta característica, las bacterias pueden ser: a) monotrica (un solo flagelo), b) peritrica (con muchos flagelos en la periferia) y c) lofotrica (manojo de flagelos en los polos).

Así pues las paredes celulares en la mayoría de las bacterias están cubiertas por un material viscoso, que se denomina cápsula, cuando es grueso y denso, o capa mucilaginosa cuando es delgada. Estos microorganismos tienen forma de barras, esferas, elipsoides, espírales, comas o filamentos.

La gran mayoría de las especies fitopatógenas tiene forma de barra o bastoncillos, excepto el género Streptomyces que corresponde a una bacteria filamentosa, formadora de una especie de hifas cenocíticas con conidios en la parte aérea. Entre la unicelulares, algunas veces se observan variante en forma de V, Y o comas organizadas en pequeños grupos o cortas cadenas.

La reproducción de las bacterias ocurre por simple división (fisión) celular, que les permiten las altas poblaciones en un corto tiempo. El proceso inicia con el crecimiento de la membrana celular en la parte central, hasta separar la célula en dos partes, luego se forma la pared celular y, finalmente cada célula nueva antes de independizarse (Rivera-Coto, G; 1991).

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Valle Nuevo es una reserva científica declarada el 11 de agosto de 1983, compuesta por una serie de valles intramontañosos y fuente de numerosos ríos de República Dominicana. Está ubicada en el Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier. La zona protegida tiene alturas superiores a los 2.200 metros sobre el nivel del mar, convirtiéndola en el altiplano más elevado de la zona del Mar Caribe. (Abreu Collado, D.2005).

Está en el centro de la República Dominicana y sus 910 kilómetros cuadrados están principalmente en la provincia La Vega, aunque también ocupan partes de las provincias Monseñor Nouel, San José de Ocoa y Azua. Sus límites están a 15 kilómetros del municipio de Constanza. Sus altas elevaciones vierten agua en tres cuencas hidrográficas distintas: Nizao, Yaqué del Sur y Yuna. Una carretera sin asfaltar (la ruta 41, conocida como Antonio Duvergé), atraviesa el parque de norte a sur.

Se considera el final sureste de la Cordillera Central dominicana, quedando sus más altas estribaciones al oriente (de 2.000 metros de altura) a 30 kilómetros del mar Caribe (Abreu Collado, D. 2005).

Conclusiones

Porter, J. B., 1917 reportó que los vendajes quirúrgicos de sphagnum son superiores a los de algodón en numerosos aspectos; absorbe tres o cuatro veces más líquidos a una tasa cerca de tres veces mayor, necesitando cambios menos frecuentes. Además es más fresco más suave, menos irritante y retarda el crecimiento de bacteria.

McCleary, J, A., et al 1960 reportaron que los musgos serían una fuente de antibióticos y más tarde en 1966, Walkintong, D, G., et al. sugirieron que los ácidos grasos no ionizados y compuestos polifenólicos podrían contribuir con las propiedades antibióticas de las briofitas entre ellos 18 musgos de los cuales uno de los más activos era sphagnum que inhibía claramente bacterias Gram positivas, bacterias Gram negativas o ambas a la vez.

Según Shofield (1985), el musgo sphagnum spp tiene múltiples usos, debido a su capacidad extraordinaria para retener agua hasta 20 veces su peso en especies y sus características antibióticas.

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Campbell, N, A., et al. (2007), reportaron que debido a los compuestos fenólicos como terpenos, resistentes, embebidos a sus paredes celulares, el musgo sphagnum no se degrada verdaderamente. Además, este mismo segrega compuestos que pueden reducir la actividad bacteriana.

Wallach, P., et al. (2010), reportaron actividad antimicrobiana en el musgo del género sphagnum y especie magellanicum en estudio realizado en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile. La investigación fue “Estudio preliminar de efectos antimicrobianos in vitro del musgo sphagnum magellanicum”, cuyos resultados fueron halos de sensibilidad o inhibición frente a bacterias Gram positivas y Gram negativas, así como frente a hongos levaduriformes.

El musgo del género sphagnum reportado para la Reserva Científica Valle Nuevo, posee efectos antibacterianos frente a bacterias Gram negativas como Pseudomonas aeruginosa.
Los discos impregnados con antibióticos conocidos utilizados en este estudio fueron resistentes frente a Pseudomonas aeruginosa y demás bacterias utilizadas, a excepción del aminoglucósido de amplio espectro, Gentamicina que resultó sensible a P.aeruginosa.

El musgo del género sphagnum no tiene efectos antifúngicos en hongos levaduriformes como candida albicans.(Robles F. y Rodríguez, R., 2014).
Glime (2007), reporta que sphagnum tiene propiedades antipiréticas, antiinflamatorias, anticoagulantes y antivirales.

En tal sentido los musgos no han sido ampliamente estudiados en las universidades y centros de investigaciones del país; por primera vez se realiza una investigación sobre los efectos antimicrobianos en musgos del género Sphagnum y pocas investigaciones en la división briofitas.

Recomendaciones

Es necesario profundizar las investigaciones en el país referentes a las briofitas, especialmente en musgos como Sphagnum, sobre el cual se reportan tantas propiedades y usos. La industria farmacéutica debe
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aprovechar los resultados de las investigaciones sobre las briofitas, para el desarrollo de nuevas moléculas como alternativa a la antibioterapia en enfermedades infecciosas.
En efecto, es preciso que las universidades asuman las investigaciones en plantas no vasculares como las briofitas, con el fin de contribuir al Plan Estratégico del país en el ámbito de la salud del pueblo dominicano.

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales debe conocer los múltiples componentes y usos de las briofitas reportadas en las diferentes áreas protegidas del país y dar apoyo a los profesionales capacitados y dedicados a la clasificación taxonómica como género, de manera que se siga implementando su conservación.

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