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sábado, abril 20, 2024

Un Coronel “wa, wa, wa”, ¿será un modelo a imitar por toda autoridad dominicana?

“Quien haga, aunque sea un rasguño en un dedo a cualquier compañero de esta cárcel, ya sabrá lo que le pasará”

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SANTO DOMINGO. La advertencia del coronel de la Policía, José Rafael de los Santos, de que le “romperá los huevos” al primer “probó” que trate de sobreponerse a la autoridad oficial de ese penal, ha sido expuesta con toda claridad.

En ese recinto carcelario, el más grande del país, y en el que ha existido un gran desorden como consecuencia de una rara alianza entre presos y autoridades corruptas, jefes como el coronel De los Santos, quieren que se sepa que algo nuevo, un cambio, asoma en el lugar.

Cuando tres mil militares y policías se presentaron, a las cinco de la madrugada a la Penitenciaría Nacional La Victoria, con sus armas largas en ristre y las armas cortas al cinto, no tenían que hablar más. Su postura lo dijo todo, en nombre de la autoridad civil que fue la que los mandó a la acción: se acabó el relajo en esta cárcel.

El impacto del suceso sacudió a todos. Y todos pensaron que no era sólo en La Victoria, en donde comenzaría la cosa. Es que todas las cárceles dominicanas han sido tronos para que la delincuencia encuentre un sitio solariego para seguir actuando con protección oficial para escarnio social.

Pero, ¿cuántos coroneles De los Santos habrá en la Policía y en las Fuerzas Armadas?

De los Santos reunido en rara sesión multitudinaria tras ser asignado a La Victoria arengó a los presidiarios en el patio de la cárcel, llenando plenamente el vacío forzoso dejado por un destituido alcaide, al igual que toda la administración y la dotación policial del centro.

Y al hablar, se despojó de la protectora mascarilla contra el coronavirus y de su gorra de reglamento, para que lo conocieran y “lo oyeran bien”. “Quien haga, aunque sea un rasguño en un dedo a cualquier compañero de esta cárcel, ya sabrá lo que le pasará”. Y lo hacía con la serenidad de la ruda autoridad, cuando fuere preciso.

De los Santos se autoproclamó él mismo, un oficial formado en la rudeza de la lucha contra la delincuencia barrial, que dijo es su escuela.

Y mostraba las cicatrices que lleva en su frente y su cabeza, como huella de su lucha entre civiles, en los barrios. Los presos expresaron en revoltillo de aplausos en favor de este coronel, quien ya comenzó a tener quien le escriba.

El testimonio de este suceso, último de una cadena relacionada con la cárcel La Victoria, está a la vista de todos en las redes sociales y programas de televisión. Y en la prensa.

El nuevo jefe de la seguridad en La Victoria, fue colocado allí, después de la destitución del ex alcaide del penal, Gilberto Nolasco, removido de su cargo por la Procuraduría General de la República, por ser denunciado por corrupto, y tráfico dentro del recinto carcelario con armas, drogas y otros ilícitos, en connivencia con las autoridades de la penitenciaría.

Un Coronel “wa, wa, wa”, ¿será un modelo a imitar por toda autoridad dominicana? Quiera Dios que así sea.

Pero es que el desorden entre los presos lo han impuesto, hace rato, desde los despachos alfombrados de irresponsabilidad de las autoridades judiciales, hasta el más insignificante y utilitario agente policial o militar tras las paredes de esta penitenciaría.

¿O es que la existencia de tan grave situación se da sólo en esta cárcel?

La procuradora general Miriam Germán Brito asegura que toda medida disciplinaria dispuesta por ella en La Victoria favorecerá a los presos. Y que los cambios introducidos son una vieja demanda de los presos y de sus familiares.

Germán Brito dispuso el envío de un equipo de trabajadores sociales y familiares para apoyar los trabajos de reorganización en el lugar. El reordenamiento incluye que los Comedores Económicos del Estado dominicano el suministren 15,000 raciones para el recinto.

También la entrega de dos millones de pesos para el aprovisionamiento de alimentos del Economato que opera dentro de la penitenciaría. Y fueron reforzadas las medidas sanitarias que obliga a mantener la pandemia de la COVID-19.

La Penitenciaría Nacional de La Victoria alberga a 7,220 internos, equivalente al 27.4 % de los privados de libertad del país. El 61.6 % (4,448) se encuentra en prisión preventiva y el 38.4 % (2,772) cumple condenas.

Una pregunta final: ¿Por qué hay tantos prisioneros preventivos en La Victoria?

 

 

 

 

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