El presidente Luis Abinader anunció sorpresivamente la construcción de una verja perimetral o muro a lo largo de la frontera dominico haitiana de más de 300 kilómetros de longitud que estaría lista en los próximo dos años, con la intención de controlar entrada de indocumentados, el narcotráfico y el robo de vehículos.
La verja, que era demandada por un sector de la sociedad dominicana identificado como “los nacionalistas” será reforzada con medios tecnológicos y físicos, de sensores de movimiento, cámaras de reconocimiento facial, radares y sistemas de rayos infrarrojos.
“Con todo ello y en un plazo de dos años, queremos poner fin a los graves problemas de inmigración ilegal, narcotráfico y tránsito de vehículos robados que padecemos desde hace años y lograr la protección de nuestra integridad territorial”, precisó en un discurso que pronunció ante la Asamblea Nacional.
Asimismo, el presidente se refirió a un acuerdo firmado entre las dos naciones que calificó “sin precedentes” que tiene que ver con identificar a los haitianos que viven en República Dominicana con documentos de su país. También construir hospitales de maternidad del otro lado de la frontera.
Ambas informaciones fueron acogidas con beneplácito por los asambleístas y amplios sectores de la sociedad, pues de completarse en el tiempo prometido por el primer mandatario, se descongestionarían las salas de partos de los hospitales del país, que reciben a miles de mujeres de nacionalidad haitiana.
Estas iniciativas del gobierno cuentan, según comunicó el presidente durante su alocución, con la colaboración de organismos internacionales y del gobierno haitiano.
Hasta el momento es la noticia más relevante relacionada al tema haitiano de los últimos decenios.
En 2012, el entonces presidente Leonel Fernández inauguró una universidad en territorio haitiano con una inversión de alrededor de 50 millones de dólares; y también se iniciaron procesos de regularización y nacionalización de inmigrantes, un proyecto ejecutado con fondos de la Unión Europea.
En ambos casos, no se lograron, en su totalidad, los objetivos propuestos. En el caso de la universidad, esta fue rechazada por parte de la sociedad haitiana y posteriormente semidestruida por revoltosos. La edificación se construyó como donación proveniente del sector privado para el pueblo haitiano, tras el devastador terremoto de enero de 2010.
En cuanto al Plan Nacional de Regularización y Naturalización de Haitianos, éste quedó a mitad de camino en medio y se pretendía proteger a miles de haitianos con su regularización migratoria.
Ojalá y en esta ocasión cedular a los haitianos con documentos de su país y levantar un muro en la frontera, lleven la tranquilidad a ambas naciones, eliminando o reduciendo al mínimo tensiones históricas.
Asimismo, construir hospitales de maternidad del otro lado de la isla, se constituiría en un respiro para los hospitales criollos que estarían menos abarrotados de parturientas haitianas.
La primera de estas maternidades estará ubicada en la comunidad de Juana Méndez donde ya se ubicaron los terrenos y se cuenta con la aprobación del gobierno haitiano y los fondos de la comunidad internacional. Muy prontamente, se dará inicio a estas obras, anunció el presidente durante su alocución de hora y media ante la Asamblea Nacional.
El presidente también dio a conocer la puesta en marcha del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, creado por decreto, y cuya misión principal es proteger nuestra frontera. Esto evitaría episodios de mal gusto, conflictos, cruce de ilegales, tráfico, entre otras acciones ilícitas que ponen en riesgo la permanencia de nuestra democracia y nuestros símbolos patrios.
