El presidente Luis Abinader esta noche al país para referirse al proyecto de reforma fiscal, que es objetado por sectores políticos, empresariales y sindicales.
La población no ve con agrado que en momento en que se registran alzas en los precios de los alimentos, producto de la crisis creada por la pandemia del COVID-19, se agreguen impuestos al cóctel.
El discurso se produce cuando se escuchan voces contra la reforma fiscal y circulan rumores de que el Estado vendería propiedades oficiales para obtener recursos, lo cual también tiene una fuerte oposición.
Senadores suscribieron un proyecto de ley en que demandan eliminar 39 leyes que regulan las exenciones fiscales, estimadas en más de 200 mil millones de pesos, que es duramente objetado por el sector empresarial.
Las razones por la cual el mandatario retiraría el proyecto de reforma fiscal se debe a que cada día que pasa se le hace más pesado en el sentido político y más voces se suman en contra.
Una reforma fiscal tiene un costo político que el mandatario no estaría dispuesto a soportar a casi la mitad de su mandato.
A pesar de la crisis post pandémica el presidente Abinader no le ha afectado su popularidad y se mantiene con una alta valoración, que perderá en caso de que se produzcan más gravámenes.
Aplicar una reforma fiscal en estos momentos equivaldría a poner en peligro el proyecto reeleccionista que aúpan diversos sectores.
Sin embargo, es una realidad que se requieren de más recursos económicos, algunos calculan que maa de 200 mil millones de pesos, para echar andar la maquinaria del Estado, por lo que no se descarta que Abinader recurra a parchos fiscales , reducir la evasión fiscal , mejorar el gasto público y a más préstamos, como hicieron los mandatarios anteriores.
