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martes, abril 16, 2024

Hitler y Trump: Tarea para psiquiatras, y bomba nuclear en manos de Trump

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SANTON DOMINGO.Como secuela de los sucesos ocurridos en el Capitolio de Washington, el 6 de enero, abundan reflexiones sobre si la sociedad norteamericana está siendo testigo de un desequilibrio emocional producto de sus propias acciones guerreristas de siempre.

Y en ese marco surgen los temores con eventuales negros presagios, ya que el presidente de Estados Unidos, cuatro años dando señales absurdas de desequilibrio, los acentúa cuando azuza a miles de seguidores para un asalto con tintes políticos, sin parangón en la historia de ese país.

Son muchos los que exponen que la figura de Donald Trump deberá seguir siendo equiparada con la de Adolfo Hitler en una coyuntura internacional en que proliferan líderes ansiosos de totalitarismos, renunciando a las normas del sistema democrático que los ha hecho valer a ellos mismos.

Una reciente publicación del “Independent en Español”, llevaba el título de cabecera: “Decisión de lanzar misiles está en manos del aún presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien encara los últimos días de su gestión”. Y tomaba como base de esa afirmación “los temores expresados por Nancy Pelosi, sabiendo de las impulsivas decisiones del republicano”. Los códigos de la bomba nuclear norteamericana están en manos de Trump, el mismo personaje que días tras días expuso su mente desequilibrada en múltiples ocasiones. Y que ahora, tras su actuación como dirigente de las hordas contra su propio Capitolio, ha dicho a sus “amados compatriotas” en bandolera que “eso no termina ahí”.

Tales temores son los que motivan a la señora Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes a proponer que el Congreso Norteamericano destituya de inmediato a su presidente “desequilibrado”. Y tiene a manos un borrador elaborado para iniciar ese proceso de destitución, a más tarde este lunes.

Bomba nuclear en manos de Trump

Pelosi tiene razón en su denuncia, aunque no está claro, todavía, y se debate si un oficial militar podría desobedecer una orden semejante de su presidente. Con esa orden se desataría una guerra nuclear. La tercera guerra mundial. En más de una ocasión Trump ha amenazado a sus enemigos de Irán con ese eventual castillo que produciría millones de muertes.

Trump es el presidente de su nación. Pero la presidenta de la Cámara de Representantes lo considera un hombre lastrado. Inestable emocionalmente. Y eso fue lo que Pelosi le expresó, según le dijo, al general Mark Milley, jefe de Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas estadounidenses llamado a obedecer la eventual orden de desastre nuclear en manos de Trump.

Milley habría dado garantías a Pelosi de que estaban tomadas todas las precauciones disponibles. Un portavoz de Milley, el coronel Dave Butler, confirmó que Pelosi llamó al general. “Él respondió sus preguntas sobre el proceso de autoridad del comando nuclear”, dijo. Como guardia, en fin, respuesta escueta.

Decía el Time: Pelosi quiere mantener las armas nucleares fuera del alcance de Donald Trump. No hay nada que ella pueda hacer. Y añadía: Un ataque nuclear preventivo estadounidense contra otra potencia nuclear resultaría casi con certeza en la muerte de millones en el ataque y el contraataque.

Pelosi instruyó a los legisladores a seguir adelante con el proceso a menos que el presidente renuncie.

El Senado dejó en claro que no tomaría ninguna medida sobre el esfuerzo de los demócratas de la Cámara de Representantes para acusar a Trump hasta que deje el cargo. El líder de la mayoría, Mitch McConnell, dijo que cualquier resolución de la Cámara sobre el asunto no podría transmitirse a la cámara alta hasta el 19 de enero.

Según las reglas de juicio político existentes en ese país, el debate y las votaciones no podrían comenzar hasta la 1.00 p.m. del día siguiente, una hora después de que el presidente electo Joe Biden asuma el cargo al mediodía del 20 de enero, en el mismo escenario de la turbamulta del día 6, explica el New York Post.

Sólo el presidente Harry Truman lanzó la bomba sobre Japón, desde el inicio de la era nuclear en la década de 1940. Éste, a los pocos meses en el cargo, apretó el botón, y atacar a Japón, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial. Los tiempos han cambiado. Es probable que ese privilegio u obligación que se deja al libre albedrío del presidente, en Estados Unidos, también cambie. Siempre una eventual orden presidencial semejante, tendría la condicionante de que la misma sea legal. Los militares tendrían que reflexionar antes de cumplir tal desquiciada disposición.

Mark Milley

“Esta mañana hablé con el presidente del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, para analizar las precauciones disponibles para evitar que un presidente inestable inicie hostilidades militares o acceda a los códigos de lanzamiento y ordene un ataque nuclear», declaró Nancy Pelosi. Y dispuso la preparación del borrador de destitución de Trump, a quien múltiples amigos y enemigos le han aconsejado que renuncie, antes del cuestionamiento.

Mark Milley
Mark Milley

El presidente se encuentra en la mira luego del ataque lanzado por sus partidarios contra el Capitolio, donde cinco personas perdieron la vida. Varias de las víctimas, según rastreo de los investigadores arrastraban antecedentes como militares combatientes en distintas guerras promovidas por Estados Unidos.

Todavía, ayer, murió repentinamente un veterano oficial de Policía El oficial Howard Liebengood, de 51 año. Se cree que fue un suicidio. Otro oficial fallecido fue Brian Scknick, rociado con gas pimienta y golpeado por la turba. Ashli Babbitt, ex militar que sirvió en Asia, y simpatizante de Trump murió baleada en el escenario de los hechos. También falleció Rosanne Boyland era una drogadicta en recuperación, seguidora de Trump.

La presidenta de la Cámara de Representantes también dijo, a propósito de informaciones de prensa que aseguran que el vicepresidente Mike Pence se opone a invocar la 25ª Enmienda, que ella no había escuchado a Pence decir nada al respecto. «Seguimos esperando de su parte una respuesta positiva lo antes posible», agregó, afirmando que dicha salida es aplicable pues Trump incitó «a la insurrección».

Pence, se opone a invocar la 25ª enmienda de la Constitución para destituir al presidente Donald Trump, pese a la presión de los demócratas y algunos republicanos, informó el New York Times.  Pence no se ha referido en público sobre la idea de apelar a un mecanismo jamás usado en la historia de Estados Unidos, aunque el diario cita a una persona cercana al vicepresidente que confirmó su negativa.

Trump advirtió a través de su recuperada y luego cancelada definitivamente su cuenta en Twitter, que no formará parte de la ceremonia. Se especula que dejará la Casa Blanca un día antes para viajar a Florida.

Biden, presidente electo acusó de Trump de haber desatado un “asalto” a las instituciones “desde el principio”. Éste finalmente condenó lo ocurrido en el Parlamento.

De Hitler a Trump, opiniones

Aninda Dey, en el periódico online The Times of India comentaba que Hitler y Trump son dos megalómanos dentro del mismo búnker de derrota e incredulidad. Y lo decía, mucho antes de que se produjera un suceso final que podría sospecharse la impactaría. Esta periodista define una de las circunstancias de Hitller, así: “Con un brazo izquierdo tembloroso, hombros encorvados, ojos azul pálido y signos visibles de demencia, el paso del Führer había perdido su autoridad cuando 2,5 millones de tropas del Ejército Rojo soviético, 6.000 tanques, más de 40.000 piezas de artillería y miles de aviones habían lanzado un salvaje y ataque sostenido en la batalla de Berlín en abril de 1945 durante la Segunda Guerra Mundial. Agachado en su Führerbunker a prueba de bombas, cerca de la Cancillería del Reich, junto con su amante Eva Braun, el jefe de Schutzstaffel (SS) Heinrich Himmler, el ministro de propaganda del Tercer Reich Joseph Goebbels, el fundador de la Gestapo y comandante en jefe de la Luftwaffe, Hermann Göring, El jefe de la Wehrmacht, el mariscal de campo Wilhelm Keitel y otros confidentes debido al atronador y brutal bombardeo de las fuerzas aliadas, Adolf Hitler se engañó lo suficiente en sus últimos días como para creer que una victoria era inminente, contrariamente a sus generales, que estaban al tanto de la inminente derrota.”.

Las tropas soviéticas terminaron derrotando al ejército, los paramilitares y la milicia alemana. Hitler terminó suicidándose en su búnker, junto la fotógrafa polaca Eva Braun, su esposa durante apenas 40 horas. Ella con cianuro y él de un tiro en la cien. Ya no había nada que hacer, aunque Hitler había proclamado que mantendría la guerra mientras le quedara un solo soldado de sus tropas.

La desgracia de Donald Trump se llama Joe Biden. Biden no tenía ejército al mando, ni siquiera había sido juramentado tras la batalla de legalización de su victoria electoral. No se sabe cómo reaccionaría Trump con las tropas rusas sobre sus ventanas subterráneas. Pero Biden lo sepultó, allí mismo, en su “búnker de burbujas” de la Casa Blanca, como diría otro.

Trump en su delirio estúpido creyó que el mando de sus tropas no estaba en el Pentágono, sino en las calles repletas de bárbaros obcecados. Y ordenó seguir adelante, sabiendo en el Capitolio estaba la culminación de su desgracia en manos del Poder institucional de la Democracia: los congresistas de Norteamérica. Sin embargo, siguió con su mente obnubilada y clamó: esto no ha terminado, nos vemos más adelante.

Más adelante, sin embargo, sólo quedaba el 20 de enero, cuando desnucado no se atrevería a traspasar el mando a Biden.

El senador Mitt Romney (Utah) dijo que Trump estaba equivocado. Y que su conducta enciende pasiones destructivas y peligrosas. Peligrosas.

La representante federal Mary Miller, de Illinois, republicana recibió críticas de sus compañeros republicanos por citar a Adolf Hitler en un discurso un día antes frente al Capitolio de Estados Unidos, antes del desastre. Ella no resistió la tentación de comparar a Trump con Hitler: «Esta es la batalla», dijo y agregó que “Hitler tenía razón en una cosa. Dijo: ‘El que tiene la juventud tiene el futuro’”. ¿Por qué un día antes del asalto? Bueno, después de sus comentarios se disculpó por los mismos, en público, a medida que crecía el clamor para que renuncie al puesto para el que fue electa, en noviembre 2020.

En la página web Berkshire the Edge, Jery McCreary se preguntaba, apenas en octubre: “Trump: ¿el Hitler de Estados Unidos? En 1933, Adolf Hitler logró convertir a Alemania en una dictadura. ¿Cómo pudo pasar eso en una democracia? ¿Y podría suceder en Estados Unidos? Trump ha seguido las tácticas de Hitler en su camino hacia el poder”.

Desde antes de las elecciones que facilitaron la presidencia de Trump, ya era debate entre académicos tratando de equiparar las figuras de quien sería el gobernante norteamericano, con Hitler. Y se citaba la promesa de campaña de Trump cuando decía que prohibiría a los musulmanes, deportaría millones de inmigrantes, reprimiría la prensa, y haría a Estados Unidos grande nuevo.

El presentador nocturno Conan O’Brien, en Youtube, hacía reir en 2016 cuando en su programa resaltaba que Hitler el monstruo más grande de la historia, a su parecer, “se resiste a ser agrupado con Donald Trump”. Era sólo para provocar risas en el auditorio.

El profesor universitario de la Universidad de Maryland, Jeffrey Herf, decía en un artículo de noviembre en The Washington Post que “la negativa del presidente Trump a reconocer una derrota electoral clara y decisiva en 2020 y sus continuos esfuerzos por bloquear la certificación de los resultados obvios equivalen, a un intento de «golpe», con ello estaba copiando la opinión de la Junta Editorial del mismo Post.

Bill McCann, columnista de Autin American-Statesman decía en agosto 2020 que “Trump estaba tomando tácticas del libro de jugadas de Hitler, para para avivar el miedo, el odio, la discordia y la división”.

Los deseos de ver a Trump comparado con Hitler llegaron tan lejos que la agencia de noticias alemana Reuter usando su mecanismo de Fact Check pudo determinar que una foto comparativa de Trump alzando una Biblia durante un momento de los suyos, con otra supuesta de Hitler también mostrando una Biblia era un montaje digital con el programa foto shop. Se trata de la foto de Trump frente a la Iglesia Episcopal de San Juan, cerca de la Casa Blanca, el 1 de junio. La foto de Trump y su Biblia fue difundida por AFP desde Canada. Facebook y Tweeter difundieron el montaje, sin dar explicación pese a que fue copiada por seguidores de ambas plataformas millares de veces.

Amazon vendió en sus carteleras una edición del libro “Donald Trump y Adolf Hitler: Haciendo una comparación seria”, de Horace Bloom, a 7.50 de dólares, a propósito de las elecciones del 2016. Y se comenta en la promoción del texto: “¿Cómo te atreves a comparar a Donald Trump con Adolf Hitler? ¿No has oído hablar de la ley de Godwin? Hablemos de esto. Existe un tabú cultural en contra de considerar la ideología nazi en el contexto de la política actual. Donald Trump y Adolf Hitler de Horace Bloom afrontan este tabú con responsabilidad, entrando en un examen serio de las historias políticas del Tercer Reich y de nuestra propia época. El trabajo de Bloom no es una diatriba, pero presta atención a las similitudes y diferencias entre Donald Trump y Adolf Hitler, y los contextos en los que han llegado al poder.

Son múltiples los textos que abordan el tema, en los últimos años, esa y otras librerías. Evidentemente, Trump, como Hitler está apuntalando el mundo del lnegocio editorial.

Comparaciones finales y seguimos contando

En The New Yorker, el columnista Alex Ross, en diciembre 2020, decía, al revisar los últimos días de Hitler en el búnker debajo de su jardinera palaciega: “Las comparaciones entre Trump y Hitler suenan falsas en muchos niveles”. Este mismo columnista había dicho, ya en 2018,

Es el mismo Ross en el mismo The New Yorker quien ha expuesto, copiando una publicación de Vanity Fair, que Donald Trump una vez mantuvo un libro de los discursos de Hitler junto a su cama, y que cuando le pidieron una explicación por ello, dio como respuesta: “Si tuviera estos discursos, y no estoy diciendo que los tenga, nunca los leería”. Y dice que los neonazis siempre han comparado a Trump con Hitler. a veces, Trump parece estar emulando la estrategia de Hitler de cultivar rivalidades entre sus subordinados y sus mítines son rituales catárticos de racismo, xenofobia y autoestima, pero aterriza en que Hitler tenía más disciplina.

Dice este Ross, que “valdría la pena reflexionar cómo un demagogo con la habilidad maligna de Hitler podría explotar de manera más efectiva los defectos de la democracia estadounidense. Sin duda, tendría a su disposición políticos cobardes de derecha”.

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