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viernes, marzo 29, 2024

La diplomacia haitiana hace mala jugada a República Dominicana

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La ofensiva desplegada entre gobiernos y organismos internacionales en el 2013, a propósito de la emisión de la sentencia 167-13 sobre el status de migrantes nacidos en territorio dominicano pero de padres haitianos, mostró la agresividad de la diplomacia de Haití en defensa de sus intereses, saltando todo tipo de prudencias y sutilesas en favor  evitar agravios que distancien las necesarias buenas relaciones que debieran imperar con sus vecinos dominicanos.

Y ahora repitieron sus ‘habilidades’ a propósito del impasse creado por las pretensiones de desvío del cauce natural del rio Masacre, o Dajabón, con la construcción de canales del lado haitiano, sin ninguna información, y menos consentimiento previo de las autoridades dominicanas.

Lo peor es que las reacciones de República Dominicana, aunque en el caso del Masacre fueron más contundentes y rápidas que en el 2013, se produjeron luego del ‘daño hecho’, pero no dan muestras de reconsideración y, por el contrario, continúan los trabajos de los canales de desvío del cauce del río en un estado de desafío olímpico a la política respeto mutuo y de buena vecindad.

Y es que desde el primer episodio de este nuevo affraire, el gobierno debió reaccionar de forma rápida y contundente, llamando la atención al vecino, toda vez que fue en un twitter del propio presidente haitiano, Jovenel Moise, quien plasma el engaño al decir que en un encuentro entre él y el presidente Abinader en Ecuador, a propósito de la toma de posesión del presidente Guillermo Lasso, ambos habrían acordado que sobre el impasse en torno al rio Masacre «no nos dejaremos dirigir por los grupos ultra-derechistas”. La versión fue desmentida por la parte dominicana, pero el tema ya circulaba en las agencias internacionales y en las peligrosas redes sociales, provocando reacciones de los grupos anti-haitianos y, a su vez, de los grupos pro-haitianos radicados en el país y el exterior.

Pero la ofensiva de falacias haitiana no se detuvo ahí, ya que dos días después y en medio de las conversaciones entre los cancilleres de Haití y República Dominicana sobre la reactivación de la denominada Comisión Mixta Bilateral Dominico-Haitiana, agenda de intereses mutuos en discusión desde hace años, el canciller y Primer Ministro interino haitiano, Claude Joseph, dijo a la prensa y lo dejo entrever en un comunicado oficial, que la República Dominicana habría aceptado que los haitianos “tienen el derecho a usar las aguas del Masacre, por ser un derecho de Haití” al ser una propiedad compartida.

Tuvo en Canciller, Roberto Alvarez, y posteriormente el propio Presidente Abinader que responder la versión haitiana, indicando que lo que se decidió fue discutir la situación y tomar posteriores decisiones en una mesa oficial de trabajo conjunta.

Los haitianos no respondieron a la respuesta acalaratoria domimnicana, que en menos de 72 horas producía un segundo desmentido a afirmaciones de sus más altas autoridades, en presidente Moise y el canciller Joseph. Por el contrario, como un abierto y público desafío, los haitianos continuaron la construcción de su canal de desvío del cauce del Masacre en un claro indicativo de que no tienen el propósito de revertir su decisión.

En el escenario nacional, el tema encendió de nuevo el debate entre los grupos nacionalistas y pro haitianos. Este jueves feriado por Corpus Christi un grupo de nacionalistas realice una marcha en Dajabón oponiéndose tajantemente al desvío del cauce del río Masacre. Los grupos pro haitianos, que llevaron la voz con el apoyo de influyentes periodistas y medios de comunicacion dominicanos que se oponían radicalmente a los dictados de la sentencia 167-13, han sido más cautos en sus pronunciamientos en esta coyuntura. Muchos de ellos, incluso, que eran radicalmente opuestos al gobierno y partido anterior, hoy hacen causa común con la línea política oficialista.

Fueron esos grupos pro haitianos que en el 2013 y años subsiguientes, apoyaron internamente los cuestionamientos haitianos, cuya diplomacia atizaba la llama de la denuncia y la presión internacional contra República Dominicana. bajo quejas de que sus nacionales estaban siendo discriminados, perseguidos, acosados por los dominicanos, que no querían aceptarlos como ciudadanos de este país, dado su nacimiento del lado este de la isla.

Y en cierto modo, por lo menos en el campo dioplomático y mediático lo lograron.

El lobismo haitiano en los organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA), las Naciones Unidas a través de su Centro para Refugiados, y en la generalidad de los foros de discusión internacional, con el apoyo de ONGs, el Centro Kennedy, parlamentos logro que la República Dominicana fuera sentada en el banquillo de los acusados, duramente cuestionado y hasta amenazado con sanciones si no revocaba la decisión emanada, nada más y nada menos, que del Tribunal Constitucional de la nación, la más alta corte en materia de respeto a los preceptos constitucionales y los derechos individuales.

Aquí, en lo interno del país, se produjeron constantes presiones desde las voces y plumas de connotados periodistas y comunicadores. Hubo programas especiales, denuncias a todo dar, manifestaciones públicas, mientras las autoridades apuraban la aplicación de una ley, la 168-14, que abría las puertas a la legalización de permanencia, con opción posterior de lograr una nacionalidad, en favor de haitianos llegados ilegalmente al país y de legalizar el estatus de los nacidos en el país, de acuerdo a lo establecido en la Constitución: deben ser hijos de un nacional dominicano para poder tener la nacionalidad dominicana, ya que se aplica el concepto de jus sanguinis –por sanguinidad-, no por jus solis –por derecho a lugar de nacimiento…

El impasse del Masacre

Al pasar balance a lo acontecido hasta ahora en torno al conflicto surgido por la decisión unilateral del gobierno haitiano de construir un canal para irrigar parte de sus áridos terrenos, sale a relucir la inexperiencia de algunos funcionarios en el manejo de asuntos estatales de la actual administración.

Impericia quedó evidenciada desde la primera reunión sostenida por representantes de los dos gobiernos para estudiar la situación creada y la parte dominicana aportar los elementos justificativos de la violación haitiana del Tratado de Amistad, Paz y Extradición acordado por los gobiernos de la isla en 1029.

Al leer el contenido del comunicado conjunto emitido por la Comisión Mixta Binacional se sintió la sensación de que Haití estaba representado en los dos lados de la mesa, han dicho expertos de las relaciones entre ambas naciones.

Entre otros argumentos aportados por los delegados dominicanos, sobresale el de reconocer que los trabajos que se realizan en el río Masacre por parte del Ministerio de Agricultura de Haití “son para una obra de toma y no una desviación del cauce del afluente binacional”.

Fue partiendo de ese enfoque, aportado por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), que se acordó “seguir compartiendo información de esta y otras obras hídricas realizadas y a realizarse en la frontera”, admitiendo de hecho, la ‘justeza’ del proceder haitiano.

De ahí que se pudiera difundir la versión de que fue la parte nacional la que planteó que los planes del gobierno haitiano de construir una toma de agua en el cauce del río Masacre “no causarían graves daños a los sistemas agrícolas en la zona de Dajabón”. Y como al parecer todo estaba dentro de los parámetros establecidos en el pacto de hace casi un siglo, se decidió crear la llamada Mesa Técnica “para mejorar (el) entendimiento de los trabajos realizados en la zona fronteriza”. Esas acciones, entonces, se dilucidarían en el marco de la subcomisión de Medio Ambiente y Agricultura, con miras a la formación de la “Mesa Hídrica Binacional”.

La difusión local de la citada declaración conjunta estuvo a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores lo que de inmediato creó confusión hasta en el mismo tren gubernamental, por lo insólito de su contenido.

El asombro fue tal, que el presidente Abinader hubo de intervenir expresando su sorpresa por las informaciones aparecidas en los medios de comunicación “porque la República Dominicana no ha concedido expresamente a Haití el derecho al uso regulado de las aguas del río transfronterizo Masacre… hasta ahora, el único acuerdo formal que existe es una declaración de intenciones emitida por la Comisión Mixta Bilateral Dominico-Haitiana, que crea una Mesa Técnica para discutir esa posibilidad de futuro” y ordenó suspender “sin fecha fija” la reunión que ya tenían programado los componentes de la Mesa Técnica. El lado haitiano no se atrevió a comentar.

Rechazo total

La prensa se hicieron eco del rechazo, provocando un apoyo generalizado de la posición dominicna y aun los más pro haitianos no se atrevieron a levantar su voz, como lo habían hecho en el 2013 y años siguientes.

Los ultranacionalistas, envalentonados por la posición oficial dominicana, se concentraron en Dajabón para expresar su protesta, al considerar que serán perjudicados cuando comience el desvío de agua del río Masacre. La protesta fue coordinada y dirigida por dirigentes del ‘Movimiento Patriótico No Tenemos Miedo”.

Una opinión especializada

Un enfoque técnico de la situación del desvío del cauce del río Masacre la ofreció en distintos programas el ingeniero geólogo e hidráulico Osiris de León, quien realizó su análisis de la premisa siguiente:

“Haití cometió un grave error con la ubicación del lugar donde construye el canal de riego. El gobierno fue mal asesorado, porque está en la cuenca baja del río Masacre y cualquier captación que la República Dominicana quiera hacer en una situación conflictiva, solo tendría que derivar toda el agua del Masacre y ya no les llegara a ellos”.

 

Según el experto, lo que más le conviene a la vecina nación es sentarse a negociar una solución mediante la vía diplomática, pero cimentada en el aspecto técnico, levantando toda la información de los caudales disponibles en estos momentos y proyectarla en un cambio climático que abarque no menos de 50 años.

Otro aspecto considerado por el profesional de la ingeniería hidráulica y geológica fue la táctica utilizada por el gobierno haitiano de reclamar derecho del uso de agua, exagerando el uso que alegadamente hace el lado dominicano, mientras minimiza el nivel de metros cúbicos que requiere.

Sostuvo que Haití ha emitido un documento en el que infla la cantidad de agua que aprovecha el país, al señalar que llega a 10.6 metros cúbicos, mientras rebaja los 3.0 que quiere se le garantice a sólo 1.5 “en un diseño conceptual muy bonito, pero falso porque lo más que se puede utilizar son 2.5” y explicó que “la realidad es que si al Masacre actualmente se le hace un aforo (atajo), se comprueba que no tiene más de 3.5 metros cúbicos por segundo y si Haití pide que se le permita desviar 3.0, eso no es posible”.

El problema es mayor

La gravedad del problema que representa la construcción del canal, estriba en que si la Cancillería dominicana acepta firmarle -como ha solicitado la parte haitiana- una autorización para  desviar tres metros cúbicos de agua por segundo del Masacre, se estaría generando un conflicto al actual y futuros gobiernos dominicano.

 

En esa dirección, se ha invitado a todos los sectores del país “a estar del mismo lado, porque el que hoy está en la oposición, mañana puede estar en el gobierno y verse ante ese problema”.

La advertencia tiene sentido preventivo para cuando se presente una sequía por efecto del fenómeno El Niño, que bien puede prolongarse, según los entendidos, durante dos o más años.

¿Y si el Masacre se seca?, se preguntaron los preocupados analistas climatológicos, respondiendo que entonces “Haití va a exigir el cumplimiento del compromiso que se firme, si las autoridades caen en ese gancho…  si no tenemos agua para alimentar el canal que ahora construye, Haití exigirá que se le supla de la presa de Chacuey, de Maguaca, de Cabeza de Caballo o de la Pina, aunque no están en el Masacre, pero si en la provincia Dajabón”, plantearon.

Posible solución

Como posible salida al conflicto se ha planteado que las partes acuerden un plan de aprovechamiento planificado de las aguas, mediante la construcción de un dique en la cabecera del Masacre, con dos desviaciones.

“Una en la cuenca alta, la que, partiendo de la abundancia y escasez del líquido, pero sin establecer cantidad de suministro, para que (los haitianos) no reclamen cuando haya una sequía”, dijo De León.

También sugirió que para discutir previamente estas ideas “el país cree su propia comisión técnica, compuesta por representantes de los ministerios de Medioambiente, Agricultura, Economía y Planificación, así como del Indrhi y el Inapa.

La presa Artibonito

El pasado 29 de mayo, el presidente Abinader reveló que presentaría a las autoridades de Haití, la construcción de una presa en el río Artibonito, que nace en República Dominicana y desemboca en la región fronteriza.

“Voy a presentar en esa Mesa Técnica la construcción de la presa Artibonito, de la cual ya está prácticamente todo el diseño, y podríamos empezar el próximo año”, afirmó el Mandatario. La decisión es inédita, ya que ningún otro jefe de Estado dominicano se había atrevido a presentarla, “por temor a la permanente oposición que ha manifestado Haití a la ejecución de esa obra”.

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