La diócesis de Allentown, en Pensilvania, Estados Unidos, se opone a la vacuna Johnson & Johnson por usar líneas celulares derivadas del aborto “moralmente comprometidas”. ¿Qué es eso?
El titular de la información bajo la firma de Andrew Scott de The Morning Call no tenía que abundar más. Esta última vacuna contra la pandemia coronavirus lanzada al mercado norteamericano y mundial es pecaminosa para la millonada de cristianos confesos que condenan el aborto en cualquier causal.
El pecado estriba en que, para la producción y pruebas de esta vacuna, Johnson and Johnson, se usó partes de restos de fetos abortados.
(A la República Dominicana, que ya avanza en el proceso de vacunación en manos de las autoridades de Salud Pública, todavía no se conoce que haya llegado la vacuna de Johnson y Johnson. La prédica militante contra el aborto es norma de vida entre los jerarcas católicos en el país, aun en contradicción con la permisividad que ya el Gobierno civil está anunciando a ese respecto).
El gobernador Tom Wolf, demócrata de Pensilvania, alarmó a la diócesis católica de Allentown cuando anunció que en su sitio se empezaría a distribuir la tal vacuna. Y no sólo a esa diócesis católica, sino que una multitud de líderes de esa filiación religiosa ya dijeron que esa vacuna está moralmente comprometida y es indeseable.
Wolf dijo que la vacuna en cuestión irá exclusivamente para maestros, trabajadores de la educación, y la Guardia Nacional relacionados con el operativo de vacunación. Los republicanos de ese estado dieron su aprobación. Claro, sólo quienes quieran vacunarse.
En Norteamérica se están aplicando las vacunas de las marcas Pfizer y Moderna, ambas en dos dosis. Estas vacunas utilizaron la línea derivada del aborto para probarlas, pero no para producirlas. La Johnson y Johnson probó y produce con este método, y sólo requiere una dosis y es definitiva.
Esta vacuna va en grande
Hace algunos días, la empresa fabricante de esta vacuna Johnson y Johnson, marcó un hito frente a la competencia del mercado. Se anunció que la farmacéutica corporativa Merck y Johnson & Johnson han hecho una histórica alianza entre competidores, para producir vacuna anticovid asociadas en Estados Unidos.
Merck, pese a los esfuerzos desplegados con sus inmensos recursos no logró fabricar su propia vacuna.
Los religiosos de Allentown están siguiendo instrucciones de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos quienes ya advirtieron preocupados sobre la permisividad moral del uso de vacunas desarrolladas, probadas y/o producidas con la ayuda de líneas celulares derivadas del aborto.
¿Qué argumentan estos jefes católicos?
El Obispo Kevin C. Rhoades de Fort Wayne-South Bend, presidente del Comité de Doctrina de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus días), y el arzobispo Joseph F. Naumann de Kansas City en Kansas, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB, reclaman que de nuevo surgen preguntas sobre la permisividad moral del uso de este tipo de vacunas.
“Si se puede elegir entre vacunas COVID-19 igualmente seguras y efectivas, se debe elegir la vacuna con la menor conexión con las líneas celulares derivadas del aborto. Por lo tanto, si uno tiene la capacidad de elegir una vacuna, se deben elegir las vacunas de Pfizer o Moderna en lugar de las de Johnson & Johnson”, dicen los jerarcas de la fe católica.
La base de la argumentación católica se sustenta en una nota de la Comisión COVID-19 del Vaticano en colaboración con la Pontificia Academia para la Vida “vacuna para todos. 20 puntos para un mundo más justo y saludable”, emitida el 29 de diciembre del 2020. La nota fue difundida en el Summary of Bulletin.
En este sitio al que estamos refiriendo pueden verse y estudiarse la diversidad de documentos en que se basan las preocupaciones éticas católicas, expuestas por sus máximas autoridades desde hace más de un año. (Note of the Vatican Covid-19 Commission in collaboration with the Pontifical Academy for Life “Vaccine for all. 20 points for a fairer and healthier world”).
(Aunque no niega que utilice estas líneas celulares, Johnson & Johnson dijo que no usa tejido fetal.
Una línea celular se define como «un cultivo celular desarrollado a partir de una sola célula y por lo tanto consiste en células con una composición genética uniforme».
Las líneas celulares «inmortalizadas» se utilizan en el desarrollo experimental de vacunas debido a mutaciones que les permiten seguir dividiéndose, lo que no podrían hacer en circunstancias normales. Estas líneas celulares provienen de tumores o, en algunos casos, células madre extraídas de fetos abortados, según la revista Cell Biology International
