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jueves, marzo 28, 2024

Siete de cada diez pacientes con ventilador mecanica por el COVID-19 mueren

Intensivista llora al asegurar que cuando muere un paciente es una derrota para el médico 

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SANTO DOMINGO- El vicepresidente de la Sociedad Dominicana de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos aseguró que el 70 por ciento de los pacientes ingresados por coronavirus que necesitan ventilación mecánica mueren.

El médico intensivista Alexander Marte explicó que cuando se recibe un paciente en condición de leve a moderado son referidos a los centros de acopios.

El galeno quien coordina las Unidades de Cuidados Intensivos del Centro Cardio-Neuro-Oftalmológico y Trasplante (Cecanot) y del Hospital de la Policía Nacional agregó que cuando se ha agotado el oxígeno por cánula o por una mascarilla, y además se acuesta el paciente bocabajo y no mejora la saturación de oxígeno, ya hay que ir a colocarlo en la máquina.

Entrevistado por Héctor Herrera Cabral en el programa D´AGENDA que cada domingo se difunde por Telesistema Canal 11, Marte sostuvo que los médicos hacen todas las maniobras posibles para tratar de no llevar al paciente a un ventilador.

Indicó que en los pulmones es donde se produce el intercambio del oxígeno, pues se recibe el aire cargado de oxígeno y saca ese mismo aire cargado de Dióxido de Carbono (CO2).

“Estadísticamente el paciente después que tú lo coloca en un ventilador tiene una mortalidad que sobrepasa el 70 por ciento, dígase de cada diez paciente que tu colocas en un ventilador, casi siempre se van a morir por lo menos siete, por lo que uno trata de mejorar su situación usando todas las maniobras para tratar de no llevarlo a un ventilador”, insistió el facultativo.

El experto en medicina crítica argumentó que cuando los pulmones no hacen el intercambio descrito anteriormente, lo primero que se produce es una afectación del cerebro.

“Entra en narcosis, te pone irritable, no reconoce a nadie, te quiere parar, te quiere arrancar todo, hasta entrar en una depresión respiratoria y fallecer”, dijo el intensivista.

El doctor Marte sostiene que, ante esa situación, el médico para evitar que el paciente llegue a tener daños irreversibles procede a la intubación.

“Pero la intubación es el último recurso, si no logramos mejorarlo con la intubación, pues lamentablemente el paciente va a fallecer”, sentenció.

El vicepresidente de la Sociedad de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos, aclaró que la función del personal médico es tratar de recuperar al paciente desde el punto de vista respiratorio, desde que tienen el primer contacto.

“Cuando lo colocamos en el ventilador estamos tratando de dar tiempo al cuerpo, que los medicamentos actúen, que el cuerpo responda, y el paciente pueda tener la oxigenación en el cerebro, corazón y las demás partes, a ver si con las maniobras y los medicamentos lo logramos restablecer un poco”, apuntó.

Dice que la idea es llevarlo a unas condiciones mínimas hasta tratar de sacarlo de la máquina, pero insistió que el ventilador es el último intento ya que si, con ese procedimiento, no se logra aguantar al paciente hasta rehabilitarlo, indudablemente que sobrevendrá la muerte.

Intensivista llora 

Alexander Marte irrumpió en llantos en medio de la entrevista, al testimoniar que cada vez que muere un paciente, es una derrota para el médico que le atiende.

“Pero cada vez que a un médico se le muere un paciente, es una derrota, te marca para toda la vida, es algo muy difícil de vivir, no tiene nombre”, dijo con voz entrecortada el vicepresidente de la Sociedad Dominicana de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos.

El coordinador de las Unidades de Cuidados Intensivos de Cecanot y la Policía Nacional dice que el coronavirus es la única enfermedad donde el paciente muere abandonado.

“Ahí entra el trabajo del médico y la enfermera, además de ser quien te doy el medicamento, es quien te doy el aliento”, lamentó el galeno en medio de la tristeza y el llanto.

Marte apuntó que el médico es el que enfrenta al familiar por el teléfono, diciéndole está mal, ha mejorado, respondiendo las preguntas de los parientes quienes buscan una noticia positiva cuando no se tiene, en fin, es algo incomparable.

“Personalmente tengo una historia muy difícil, un compañero de estudio que hizo su especialidad en ginecología, yo tenía cuatro o cinco años que no lo veía, un día me llama el doctor Waldo Suero para decirme que tenía un médico mal de salud y no había donde ingresarlo, y para mí lo peor es que cuando lo fui a recibir era mi amigo”, acotó.

Agregó que cinco o seis días después, lamentablemente, tuvo que decirles a los hijos de su colega y amigo que él había fallecido.

 

 

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