En su novedosa intervención de anoche, el presidente Luis Abinader rindió cuentas de sus primeros noventa días y ofreció un nuevo perfil de la figura presidencial dando un uso adecuado a la tecnología de la información y rodeado de muchas personas que fungieron como cuestionadores en el abordaje de los temas primordiales de la administración pública y de la actualidad nacional.
Anoche vimos a Luis Abinader dando cátedras de modernidad y democracia, diciéndole a los ministros y a los directores departamentales cómo se hace relaciones públicas sin necesidad de alabarderos ni turiferarios tumbando polvo con la brocha del servilismo.
El Ciudadano Presidente de la República hizo anoche un ejercicio de comunicación a la altura y por encima de muchos estadistas, en aplicación de la nueva imagen presidencial del siglo XXI.
Un Ciudadano Presidente horizontal nivelado con sus interlocutores, caminando entre ellos, lejos de aquel odioso pódium que ponía al primer mandatario de la nación a una distancia mesiánica y hasta mitológica.
Un Ciudadano Presidente que recupera los niveles de institucionalidad perdidos en la vorágine de la soberbia y la corrupción PLDeísta, merece un voto de confianza, merece el apoyo de la sensatez nacional, de la prudencial colectiva, porque está dentro de los límites de la humildad, dando cátedras de modernidad tecnologia de y democracia milenial.
