Recuerdo con claridad la simpatía que en 1959 despertó la revolución cubana en una parte de la población dominicana.
De Cuba partieron un grupo de revolucionarios para tratar de derrocar al dictador asesino Rafael Trujillo. En forma parecida a lo que hizo Fidel Castro y el Che Guevara desde México. Esa gente está en nuestros corazones. Fueron muy valientes.
Pero en las condiciones subjetivas, o sea en el sentimiento del 90 % de la población no había ni la organización, ni la capacidad para ofrecer el respaldo necesario para derrotar al poderoso ejército trujillista.
Mucho menos, en los sectores campesinos alrededor de Constanza, Maimón y Estero Hondo.
Hay que tener presente que Fulgencio Batista, dictador cubano, se vio forzado a liberar los insurrectos del cuartel Moncada en 1953 por la presión de la opinión pública. Esa opinión no existía en República Dominicana en 1959.
Dos años después las condiciones variaron. El asesinato de las hermanas Mirabal en noviembre de 1960 provocó un repudio, la Iglesia Católica se viró contra el régimen, y el gobierno norteamericano cambio de apoyo al dictador a colaborar para derrocarlo. No sorpresa en mayo 30 de 1961, Trujillo es ajusticiado.
El desprecio de las condiciones subjetivas hizo caer al propio Che Guevara en Bolivia. Confundió los escenarios. Ni siquiera el Partido Comunista de Bolivia compartía el método de Guevara y la CIA encontró el terreno fértil para asesinarlo. Yo agrego, difícilmente la población indígena aimara o quechua de Bolivia que es más del 50% hubiera seguido al argentino,
En la lucha política no basta con exponer buenas razones. Un bando en la guerra puede triunfar siempre y cuando estén armonizadas las condiciones objetivas y subjetivas.
Me quiero apoyar en lo relatado para señalar que en un artículo anterior di la información de que 20 personas en el mundo disfrutan de una riqueza equivalente al Producto Bruto Interno de un año de 56 naciones como Haití y que esas 20 personas equivalen a más de 600 millones de habitantes en materia económica. Debería haber un cambio por diferentes razones. Pero como diría María Cristino Camilo: Sin embargo…
