Prometí en mi artículo anterior dar una explicación científica del por qué de las figuras estelares. Dije los miles de millones de estrellas existentes en el espacio, dado el número de millones en cada galaxia y la cantidad de millones de galaxias. Las que se ven desde la tierra a simple vista es una minoría insignificante. Así que la influencia que pudiera existir, usando las que más se ven, ( las que más brillan) sería mínima.
Las estrellas influyen vía el electromagnetismo, sin duda en nosotros. En primerísimo lugar, el sol que nos envía luz, calor, y radiaciones, que no nos matan, porque la tierra está rodeada de la atmósfera y del Ozono que reduce al mínimo los efectos dañinos. Además, porque en el centro de la tierra con el surgimiento de la evolución de hierro fundido hacia el exterior se crea electromagnetismo que sale al exterior y crea un escudo contra las radiaciones exageradas del sol.
En el curso de los más de 900 millones de kilómetros que recorre la tierra alrededor del sol, permite que se vean diferentes estrellas y desde los tiempos de los sumerios que las veían y los griegos y romanos, más tarde, ligaron las figuras que parecían formar lo hilos imaginarios entre las estrellas más brillantes a sus símbolos mitológicos, que les daban poder. Por ejemplo, al Centauro, un animal cabeza humana y cuerpo de caballo que parecen formar las estrellas que más se ven en la época del año del 22 de noviembre al 21 de diciembre.
Pero sacar la interpretación de que las poquísimas estrellas, más brillantes, que se ven en un momento en alguno de los hemisferios norte o sur, y que estas figuras, van a determinar hasta qué número va a salir en alguna lotería es simplemente una manipulación de la ignorancia.
Que a Walter Mercado o a su hija les diera resultado, publicar en los periódicos que a cada persona que nacieron en los tiempos en que se ven las estrellas más brillantes, que se ven sin telescopio, y ligarlas al número que va a salir en alguna lotería, es simplemente una manipulación de la ignorancia. Desde luego, el truco más efectivo, es decir 3 o 4 números a cada uno de los doce, en que se divide el denominado zodíaco. Obviamente en alguno se puede acertar. El beneficiario de esa suerte estadística será el más alto difusor de la supuesta sabiduría del astrólogo.
Arquímedes en el 225 antes de cristo, popularizó la relación entre el diámetro de la circunferencia y la extensión de la misma que es 3 veces y un poco más, o sea 3.1416. A ese número se le denominó con la letra griega Pi.
Así que podemos calcular el recorrido del planeta tierra alrededor del sol. Como de la tierra al sol hay 150 millones de kilómetros y del sol a la tierra otros 150 pero del otro lado de la esfera, se saca una relación matemática. Por tanto, entre la circunferencia de la tierra girando alrededor del sol y el diámetro de 300 millones de kilómetros multiplicado por 3.1416 da un recorrido de 942 millones de kilómetros (150 + 150 = 300 millones de kilómetros), suficientes para ver diferentes estrellas en ese largo trayecto.
Espero haber desmitificado la simbología de las estrellas más brillantes que se ven a simple vista y la conducta humana.
Me despido con una información más impactante que todo lo dicho alrededor de los astros. En realidad, al interior de las supernovas (estrellas con alta intensidad de consumo de combustible) hay una densidad de la materia, que deja a uno boquiabierto. Los astrofísicos calculan que, si se tomara una masa del tamaño de un dedal extraída del centro de la estrella, para equilibrar ese peso con el correspondiente para hacer un equilibrio, se necesitarían 50 millones de elefantes.
