Nos cabe la suerte de tener a la cabeza de la represión judicial de la delincuencia a una mujer de pensamiento iluminado. Pensamiento que la ha de guiar como faro y resplandor hacia un éxito rotundo para la República Dominicana.
Miriam Germán, con cariño Miriam, acaba de agarrar a un general por las solapas de su uniforme y lo ha hecho presente ante los ojos de un crédulo país.
Miriam, esa aparentemente debilucha mujer de presencia que luce solitaria tiene un norte diáfano y está asida a ese norte. Esa es su confesión para la que las pruebas son sus acciones, las que debe soportar todo país que todavía pueda vivir ilusionado.
Ningún dominicano en sus cabales debe permitir asomo alguno para dudar de que esa mujer se está soliviantando en una nube que puede deshacerse en torrentes pundonorosos llenos de éxito total.
El general de las solapas, ese espigado buen hombre que luce un soñador, no tiene otra opción, que sonreír como siempre lo ha hecho, cuando sus descendientes toman su pensamiento lanza en ristre para la batalla que ha sido su meta desde el asomo trinitario, y desde 1844, y desde que la bestia apareció para querer tragárselo a él y sus ideas y acciones.
Miriam sabrá que Juan Pablo Duarte es una figura de memoria agradecida cuando el país, encabezado por ella, empiece a cosechar el éxito de su trabajo justiciero.
Miriam no está sola en esa luz que la conduce. Sépalo, señora Procuradora General. Y sepa que su pensamiento no es todo el mundo que está en capacidad de enarbolarlo, como demuestra la historia nacional.
Son muchos los Jefes que dicen estar bien inspirados, pero a quienes jamás se les oye siquiera mencionar el nombre del real Padre de la Patria, el pundonoroso General Juan Pablo Duarte.
Miriam tiene como referencia concreta al abogado y viejo zorro haitianizante Tomás Bobadilla y Briones, y aquellos fiscales de moral endeble que se apoyaron en la injustificable decisión de defender a la Bestia y condenar egregias figuras del temple de nuestro perenne Centinela de Frontera, General Antonio Duvergé.
Miriam es una amenaza que busca reivindicar la historia nacional cuando decide inspirarse en Juan Pablo Duarte para librar una lucha victoriosa, no ella sola, sino acompañada de tantos hombres y mujeres que marchan como ella, de cara al sol.
Sólo queda que como ocurrirá, nos corone la victoria para ponerla de pedestal a tu memoria, mujer de pensamiento egregio con el que estás inspirando tus éxitos.
Dios, la Patria y Juan Pablo Duarte te sigan dando luz, Magistrada Miriam.
