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viernes, abril 19, 2024

Muertes que no nos espantan

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Como es tan sencillo combatir la pandemia del virus COVID-19, sin mascarillas, sin distanciamientos, sin toque de queda, como proclaman algunos estúpidos, por favor, que nos digan cuáles métodos poseen ellos para combatir esta infernal pandemia que mata al vuelo. Así de sencillo.

Insistamos en que el pueblo dominicano no es un pueblo de gente bruta. No hay humanos brutos. Los humanos somos seres racionales, debido, según nuestras creencias, a un don divino. Los humanos tenemos la capacidad de pensar. Pero esa capacidad de pensar debe de ser canalizada, hay que dominarla, disciplinarla, para poder aprovecharla.

Los animales son seres que rutinariamente no son capaces de pensar. No fueron dotados de esa capacidad. Y, por lo tanto, son incapaces de dejar de ser seres brutos. No es el caso de los la población dominicana.

Los dominicanos somos seres racionales, pero una mayoría de dominicanos no han tenido la oportunidad de aprender a canalizar la capacidad de razonar para aprender a ser más inteligentes y más capaces de hacer mejor las cosas, de mejorar nuestra sociedad.

Los dominicanos tenemos grandes dificultades para aprender, porque el núcleo fundamental de la sociedad en donde debe empezar el aprendizaje que es la familia, está desintegrado. No tenemos la institución de la familia. Padres y abuelos que eduquen y disciplinen a sus seres queridos.

Y, el beneficio de la escolaridad es algo muy limitado para la población dominicana.

Todo lo dicho hasta ahora sería una buena y sana explicación para ayudarnos a entender por qué gran parte de la población dominicana no está en capacidad de entender que el mundo está cambiando.

Y no somos capaces de racionalizar que un azaroso virus llamado COVID-19 que genera una enfermedad desconocida que mata al vuelo, en todo el mundo, es generadora de parte de los cambios que padece nuestra era.

En ese punto vemos que parecemos un pueblo de gente bruta. No es verdad, somos inteligentes, racionales. Pero no somos capaces de ser disciplinados, porque no hemos aprendido a ser disciplinados para nuestra propia defensa.

Es ahí en donde encontramos la información, que no la explicación, para entender que seamos tan temerarios que veamos a nuestros seres queridos, a nuestros amigos, a nuestros relacionados y a todo género de seres humanos que nos circundan, caerse muertos de repente en nuestro derredor, tras padecer contagios y enfermarse tétricamente afectados por la pandemia del COVID-19

Y nos negamos a aceptar que es de sabios cuidarse. Es de sabios y de gente inteligente adoptar las medidas disciplinarias para evitar la muerte gratuita que nos asedia.

Por eso se monta una campaña temeraria para que las autoridades varíen y cambien las condicionadas medidas disciplinarias que nos han de ayudar a combatir el avance de la terrible pandemia, como tratan de imponer nuestras autoridades. Pero ocurre que en otros países vecinos están haciendo todo lo contrario a lo que se sugiere entre nosotros: están poniendo más rigor y obligatoriedad a las medidas disciplinarias, único instrumento útil a mano.
¿Qué hacer ante tan deprimente espectáculo?

Quienes abogan por eliminar, reducir, las medidas disciplinarias ante el avance de la pandemia en el país, debieran de ser obligados a decir la forma que ellos poseen para que el pueblo dominicano sobreviva al virus infernal que nos está matando
Así, de sencillo.

 

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