El director de la Policía Nacional, mayor general Eduardo Alberto Then declaró a un medio de comunicación social, que en la institución bajo su jefatura no se aceptaría como miembros, a ciudadanos que tengan origen en hogares de madres solteras.
El pronunciamiento del jefe policial se expandió al universo comunicacional del país, provocando sorpresa generalizada y amplio disgusto en el seno de la sociedad dominicana. Lo que es muestra palpable de que este país se mantiene atento a los movimientos y procederes de sus hombres públicos.
“Nosotros no vamos a aceptar en la Policía, ni en el reclutamiento, a hombres y mujeres que vengan de madres solteras. Vamos a tener mucho cuidado con eso. Esas madres solteras, no tienen ninguna culpa, sino que es por la desigualdad, que tal vez han sufrido, que tienen que irse a trabajar para mantener a sus hijos, y tienen que dejarlos solos”. Lo dijo claro y pelao, el mayor general Eduardo Alberto Then.
Los delincuentes provienen de hogares donde las madres solteras son cabeza de familia. En la ilógica manera de razonar de este jefe de la Policía Nacional dominicana, nuestras madres solteras, de las que está llena esta sociedad, están incapacitadas para criar y educar buenos ciudadanos porque no les alcanzaría el tiempo para eso.
¿En cuál estadio de la humanidad vive este director policial?
Tal declaración, y las consecuencias de que esa concepción sea llevada a la práctica, resultan totalmente inaceptables. No hay que ser sociólogo, sicólogo, ni moralista para entender la irracionalidad del pensamiento de nuestro director policial. El hombre se equivocó, es el pensar de todas las madres solteras de este país.
El general Then reculó al verse acorralado por la reacción adversa que produjo su criterio difundido. Las redes sociales le están pasando la factura.
No se le ha dado tiempo para que aclare si los corruptos y delincuentes de cuello blanco provienen de hogares regenteados por madres solteras. O si su criterio le serviría para accionar contra quienes no se afeiten las barbas, ni se recorten en pelo, porque son comunistas o terroristas, o ladrones vulgares. Como en los viejos tiempos.
Raudo y ligero, el alto oficial policial se adelantó a una disculpa por los medios de comunicación social.
¿Qué hacer, entonces?
Como el director de la Policía Nacional tiene también sus jefes, vamos a esperar lo que ocurre con esa mente tan estrecha.
