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martes, abril 23, 2024

Primera dama :matamos a Trujillo porque no queríamos macana

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​Desde su desafortunado desliz represivo, alimentando con esas ideas, lo peor del malvado instinto policial de siempre, se reflexiona sobre su rol en los medios de comunicación y en las redes.

Son muchas personas las que censuran que usted hable, cosa que es un error. Usted es una ciudadana dominicana y tiene derecho sobrados, para hacer sentir sus reflexiones y sus criterios.

Otros, nosotros incluidos, la catalogamos de persona inteligente y reflexiva, por eso ahora le escribimos, a pesar de sus disculpas, convencidos de que usted cuando habla o juega a la política de modo inocente, desconoce los enemigos que su gobierno tiene fuera y las consecuencias letales, de sus equivocaciones como primera dama.

Le advertimos, lo del tema de la macana, pesará sobre usted como una espada de Damocles, por mucho tiempo, porque de modo muy emocional, de repente, ha olvidado usted la historia del país que su esposo gobierna, a su vez, el suyo propio.

Lamentamos el rescoldo represivo y trujillista de su expresión, que para colmo fue tan espontáneo, que cualquiera diría, no sin razón por lo visto y escuchado, que le salió del alma, aunque suponemos no que sea el caso.

Su opinión, además, parece tener un sello de clase, con esas expresiones usted se aleja de la población y se acerca a esas opiniones antiguas muy típicas de los sectores conservadores del país, que para toda enfermedad social siguen creyendo que el remedio inmediato, es la macana.

Usted debe seguir opinando, pero con una condición: mida bien sus palabras, tenga plena conciencia del peso que tienen en la opinión pública sus palabras y sus reflexiones. De lo contrario, señora primera dama: lo que intenta hacer su esposo desde el poder, sus desvelos y preocupaciones por lo mejor, usted lo destruye ante la nación con expresiones cuyos tintes recalcitrantes, recuerdan otras épocas que ya considerábamos superadas, por favor primera dama: arar en la mar, no debe ser su oficio.

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