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sábado, abril 20, 2024

En Ruta a Cap Haitién V

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Roberto, que le dijo a Solé que hay un matrimonio sin divorcio con Haití, lo dijo aún sabiendo que hay signos preocupantes en las relaciones entre ambas naciones. Hay demasiadas personas que difunden la idea de que ya hay muchos haitianos en República Dominicana.

Contra ellos pronuncian frases despectivas como » no se bañan»…»hieden » y desde luego sabiendo que ellos se dedican a hacer los trabajos al sol en la agricultura y la construcción, es dudoso que dediquen recursos en desodorantes.

Así se lo explica a Solé y agrega que la desigualdad extrema ha sido fuente de revoluciones y que no le sorprendería un conflicto de esta índole causado por las extremas circunstancias de pobreza  en que viven los haitianos y que eso conduzca a extenderse al territorio dominicano.

Las dos guerras mundiales del siglo pasado le costaron más de 80 millones de muertes a Europa, todo por diferencias de intereses y si eso ocurrió en ese continente donde se supone un alto grado de desarrollo intelectual, qué no puede ocurrir en un sitio donde abunda el analfabetismo, le comunica a Solé.

Los haitianos con los cuales trabaja le cuentan muchas de sus miserias y Roberto cree que debiera existir alguna solución. Le cuenta a Solé que ha visto fotos aéreas del suelo  de  República Dominicana y Haití y luce arenoso del lado haitiano y verdoso del lado dominicano. y le sentencia a su interlocutora: hay que reforestar a Haití, principalmente, para que haya más suelos fértiles con que alimentar la gente.

Solé lo escuch, pero no comenta casi nada. Eso no es del todo mal, piensa Roberto porque quizás las palabras suyas vayan en dirección a una reflexión  de cuál es el rol de una persona educada, como es ella, ante una realidad que un día puede explotar.

Ya hubo un precedente que ocasionó el asesinato de  dueños de ingenios azucareros a finales del siglo XVIII y principios del XIX. La motivación de Roberto al hablar, es que él piensa que tiene que ser un haitiano, con talento, que encabece la dirección de los cambios que Haití necesita.

Ante el silencio de Solé, que solo pronunciaba monosílabos, Roberto le hace una pregunta concreta después de que el autobús empezó a rodar un trecho de unos 200 kilómetros entre Santiago y Cap Haitién. ¿Por qué vino a Santiago? Solé responde: Pensaba volar directo desde Miami y no encontré vuelo y tuve que hacerlo llegando a Santiago primero abordando este autobús…

Que suerte la mía que eso me permitió conocerla. El elogio no pasó desapercibido por el gesto en las cejas de Solé, pero no dijo ni siquiera merci.

Roberto vuelve a la carga ante esta mujer un tanto misteriosa y le pregunta directamente: ¿no ha pensado involucrarse en la política haitiana?

Todos hacemos política de algún modo responde ella. Pero es que yo no la veo a Ud. como espectadora. dice Roberto.Ud. tiene un mundo de referencias culturales muy amplias. Su profesión le ayuda más que los demás a descifrar la conducta humana.

¿Usted cree? Claro que sí, dice Roberto. Es más , tal vez una mujer haga más que un hombre en la realidad haitiana.

No me he visto en esos menesteres pero si tengo una creencia en la cual puedo concordar con usted no hay problema que no tenga solución…En cuanto a mi profesión, ya pasó un médico a gobernarnos y lo que hizo fue convertirse en dictador, enriquecerse y la  esposa en cobrar por cada saco de carbón vegetal vendid …

Continuará.

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