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viernes, marzo 29, 2024

En Ruta a Cap Haitien X

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Mira Solé, la presencia de haitianos en mi país tiene dos caras, por un lado, la gente dice comúnmente, que en el país hay demasiado haitianos, y tienen razón, pero se olvidan que ellos están desempeñando una labor que los dominicanos no quieren ya realizar. El trabajo en la agricultura, se realiza al sol y el salario no es atractivo. Igual que ocurre con la construcción.

Los dominicanos más pobres, se hacen motoconchistas y aunque los salarios fueran iguales tienen un medio de transporte, que les permite que sus esposas sean transportadas a sus respectivos trabajos y disfruten de la independencia de realizar esa función con horario flexible.

En ese entorno prosperan ciertos políticos » nacionalistas’ entre comillas que hablan del peligro haitiano y encuentran cierto auditorio porque en verdad puede que lleguen a ser más de 700,000 entre campos y ciudades, donde también hay vendedores de productos agrícolas o baratijas.

La otra cara es que esos 700,000 haitianos son un mercado que compra unos dos cientos millones de pesos diarios, todo tipo de productos tales como alimentos, prendas de vestir etc, y hace también remesas a Haití, con cuyo dinero, compran productos dominicanos enviados en contenedores que constituyen el segundo mercado de exportaciones después del de Estados Unidos. O sea que hay una cierta hipocresía al hablar del problema haitiano.

En la actualidad tu país, es un rompecabezas porque se perdió el control del Estado, de la seguridad y las bandas de delincuentes se disputan el control de las calles, donde prospera el microtráfico y las empresas existentes, de cualquier naturaleza, se ven obligadas a pagar coimas a las bandas para que les dejen operar.

Creo que en tu país predomina aún el tribalismo que fue traído desde África, porque los esclavos fueron recogidos de diferentes tribus de la costa occidental y eso parece predominar, en el sentido de la dificultad de ponerse de acuerdo.

Te voy a contar el caso de un conocido amigo que decidió como empresario de la construcción establecer un proyecto de viviendas en Puerto Príncipe.

Le advertí de la inseguridad. Él no me hizo caso. Comenzó a construir y cuando tenía 40 apartamentos terminados un grupo de igual número de familias se los ocupó sin pagar un centavo.

Acudió a las autoridades y el ministro a cargo le pidió 20 000 dólares para desalojarlos. Mi amigo no tuvo opciones. Le entregó el dinero y el ministro los desalojó. En poco tiempo después, otro grupo de los mismos y nuevos ocupantes se apropiaron de los departamentos. Mi amigo no tuvo más camino que abandonar el proyecto y perder todo lo invertido.

Aún a pesar de eso yo creo que todo rompecabezas tiene la pieza regada en desorden y alguien tiene la capacidad de seleccionar las piezas de los bordes primero, para formar el marco y luego coloca las demás gradualmente.

Mi interés en motivar a que formes parte de los que se empeñan en armar el rompecabezas es porque, no podemos ser los dominicanos los que intenten hacer tal cosa, porque en el caso de que dispusiera de los medios para realizar tal hecho, sería convertir el conflicto actual en otro peor, que sería transformar la delincuencia actual en una lucha justificable de acción nacionalista haitiana, y esa guerra no terminaría nunca.

¿Por primera vez, Solé pregunta y con quién yo empezaría a poner el marco del rompecabezas?

Entre los 50 partidos registrados debe haber 5 dirigentes que tengan algún grado de credibilidad, y Naciones Unidas, puede ayudar a crear un ejército y Policía local que se ocupe del orden y tú no debe ser la única haitiana con formación académica y motivación. Si sales a buscarlos los encontrarás

continuará

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