25.4 C
Santo Domingo
sábado, abril 20, 2024

Energía II

Las más leídas

Si quisiéramos buscar un referente para aprender, no hay mejor lugar que observar la propia naturaleza. Ella abrió espacio para el surgimiento de los seres vivos que en  lucha por la supervivencia encontró  un equilibrio entre ellos.

Unos y otros encontraron como protegerse de sus enemigos y como atacarlos cuando sea necesario y en esas circunstancias se estableció un determinado equilibrio.

Si pudiéramos copiar a la naturaleza en el orden económico y social y quizás pudiéramos hacer que nadie tenga tanto poder como para avasallar a los otros.

Cuando el ser humano encontró el petróleo, a unos pocos les dio la oportunidad de hacerse inmensamente ricos. Todos necesitamos energía que es equivalente a todos los bienes materiales que necesitamos. El uso de ese producto en pocas manos creó una desigualdad exagerada y rompió el equilibrio  ambiental más  o menos existente hasta finales del siglo XIX.

Antes del desarrollo del gran capitalismo,  la temperatura promedio del planeta allá por los años 1880 era de -0.2 y hoy es + 1, o sea unas 6 veces más.

Los que saben del efecto del clima en el ambiente, advierten que el planeta no debe subir 2 grados más sin que sus efectos sean catastróficos.

De no actuar con urgencia, el aumento de la temperatura derretirá los polos y el mar subirá al menos 20 metros en nuestras costas y además el mar se calentará precipitando el desorden climático.

Con todo lo que han advertido Bill y Melinda Gates sobre el tema ambiental ellos mismos poseen tanta riqueza casi como el equivalente de los 10 millones de dominicanos en un año. LLevando las cosas a que los 20 multimillonarios del mundo tienen la mitad de la riqueza del planeta y eso amerita un equilibrio.

Desde luego, esto no le quita méritos a las fundaciones que los superricos han creado para ayudar a los más necesitados, más bien ellos nos están dando la razón a los que creemos que hay que hacer reformas urgentes ambientales para que se elimine la energía fósil y para abrir oportunidades a aquellos que más lo ameritan, para capacitarlos a que puedan multiplicar el producto con más y mejores conocimientos que necesitan ellos y los demás.

La gran discusión es si le debemos dejar a que sean los superricos los que por su bondad repartan riqueza o si un sistema tributario que eleve los recursos que pagan los más ricos sea más eficiente.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Lo último