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viernes, marzo 29, 2024

La impronta de nuestra historia en peligro de extinción

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24 años han pasado desde que el gobierno dominicano decidió aprobar la Ley -139-97- que cambió la conmemoración de las fechas patrias que caían en el calendario martes, miércoles, jueves o viernes y mudar el día feriado para los lunes con el objetivo de no interrumpir la jornada laboral y así evitar pérdidas en la producción nacional.

Asimismo, se realizaron los cambios en el calendario con el interés de “honrar la memoria de nuestros próceres y las gestas patrióticas; incrementar el trabajo y crear riquezas y prosperidad para los dominicanos”. Esas fueron las motivaciones que dieron origen a la ley, la cual incluía también reformar las fechas religiosas.

Pero, la Iglesia, en cumplimiento a sus postulados y leyes, se opuso tajantemente a la decisión y los congresistas no tuvieron más opción que dejarlos fuera de esa ley. Es por esto que el día de la Altagracia, las Mercedes y Cuerpo de Cristo se conmemora el día como está calendado.

Y hay que anotar que como dominicanos que somos, es nuestro deber rendir culto a los héroes patrios y recordar las gestas patrias el día en que ocurrieron. Con la Iglesia Católica, es diferente, a pesar de que somos un país donde la mayoría, y me incluyo, profesamos esa religión.

La medida adoptada por el gobierno en ese momento quizá no fue malintencionada, sin embargo, con los años, hemos visto como estropeamos la impronta dejada por nuestros héroes patrios, y aquellos acontecimientos que dieron nacimiento a nuestra República. El hecho de variar las fechas ha disminuido el interés de las nuevas generaciones por conocer más sobre nuestra historia y antepasados.

Me he dado cuenta que el día feriado lo disfrutamos a nuestra manera, no así a resaltar los símbolos patrios, a educar a nuestros hijos, a reconocer y recordar hazañas, entrega, responsabilidad, heroísmo, valentía, coraje y bravura de hombres y mujeres que pelearon y se sacrificaron para que hoy tuviéramos un país libre, soberano, con leyes propias y un destino mejor.

La fecha es propicia para desde nuestros hogares, leer, investigar y saber más sobre nuestros patriotas, difundir nuestro orgullo de dominicanidad, identificarnos con la causa, rendir tributo y emular el compromiso que asumieron nuestros padres de la Patria con la nación. Mantener abiertos los museos es una buena opción para reencontrarnos con la historia.

El cambio de las fechas patrias en este tiempo, no tiene sentido alguno. Declarar un feriado largo cuando el mundo se enfrenta a una crisis sanitaria significa dar rienda suelta al deleite de desaprensivos que se burlan descaradamente de las disposiciones del gobierno y las autoridades de la salud para evitar contagios por C0VID-19.

El gobierno de Luis Abinader, que se define como el gobierno del cambio, debe cambiar esa ley que tergiversa las fechas patrias. Ya está bueno. En su momento, esa ley pudo tener sus efectos positivos, ya no. Las organizaciones patrióticas, historiadores serios deben levantar la voz para que nuestras fechas patrias sean respetadas en su máxima dimensión.

 

 

 

 

 

 

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