Los inmigrantes ilegales ¿son humanos?
Más bien, los migrantes, que pululan en todas las fronteras que los propios humanos han establecido, ¿son humanos?
Leía en la publicación “Huffpost”, del Reino Unido, la información bajo la firma de PorKae Nicholson, sobre 27 personas que murieron mientras intentaban cruzar el Canal de la Mancha. Un niño y una mujer embarazada estaban entre los que murieron. Un barco se hundió en aguas francesas mientras intentaban llegar al Reino Unido.
Las portadas de todos los medios de comunicación del Reino Unido se apoderaron de la triste información. Y están resaltando y cuestionando cómo en Reino Unido se enfrenta la realidad de que muchos humanos prefieran enfrentar todos los riesgos para tratar de alcanzar las costas británicas buscando mejor vida.
Una autoridad se negaba a llamar migrantes a los infortunados viajeros. Decía que no son migrantes, que son humanos. Y todos empezaron a murmurar que «los ‘migrantes’ son personas. Los refugiados son personas. Todas estas son vidas humanas preciosas”. Gente que huye de áreas devastadas por la guerra como Siria, Irán y Afganistán… Haití.
Según el Ministerio del Interior inglés, los migrantes están «poniendo sus vidas en riesgo» y siendo explotados por «bandas criminales» cuando aceptan viajar a través del canal.
Estamos hablando de lo que los humanos denominan “el primer mundo”. Ellos se dicen los más avanzados, los más civilizados. Es el modelo a seguir y alcanzar para ser un mejor humano.
Nuestros militares se enfrentan todos los días a ese cuadro que aquí conocemos como tráfico ilegal de embarazadas haitianas, de quienes, no es ilógico suponer, que son humanas. Y se me ocurre que nuestros militares no están promoviendo ese tráfico ilegal. Sino que nuestros militares, humanos también, no resisten tener que reprimir cuando una haitiana viene con su barriga de ocho meses, o más, para que no pasen a territorio soberano de República Dominicana. Es, sólo una ocurrencia, porque ¿de qué huyen las haitianas indocumentadas embarazadas?
El cuadro, es un espectáculo humano. El mismo de los humanos que aparecen en aguas francesas y pasando por encima de leyes y fronteras del primer mundo, arriesgan la vida, tratando de alcanzar las costas del Reino Unido. Eso, que también ocurre en las fronteras de España, Italia, y etcétera, por allá, todavía es noticia para todo el mundo.
Son muchas las preguntas sin respuestas que bullen en mi cabeza constantemente. Yo, un descendiente lejano de un negro extraído de Norteamérica y radicado en el Nordeste “dominicano” a quien un indulgente colonizador le endilgó el apellido blanco de los García.
