Detrás de los grandes descubrimientos científicos, sociales, económicos, políticos, tecnológicos, industriales, educativos, organizacionales, etcétera, siempre han estado presentes el temperamento, la visión, la energía, la fortaleza y la decisión firme de los atrevidos. La historia testimonia que han sido los más osados, los que en momentos difíciles, suelen impulsar los cambios requeridos para recuperar, mantener y transformar el estado de determinadas situaciones. En pocas palabras, los atrevidos son los que proponen y hacen cosas para cambia el mudo. En sus mentes creativas, visionarias e innovadoras subyacen los inventos que transforman y desarrollan la vida humana, animal y vegetal.
Los grandes inventos, las innovaciones, los acontecimientos, los descubrimientos, así como los hallazgos insólitos, siempre han sido concebidos e impulsados por personas atrevidas. El pensamiento, la visión y la energía que rodean a los atrevidos los animan a llevar a cabo acciones extraordinarias, las que no realizarían los pesimistas. Por lo general, la actuación activa, creativa y oportuna de los atrevidos, se robustece cada vez que hay que plantear y buscar soluciones viables a situaciones que ponen en riesgo a aspectos esenciales del bienestar colectivo. Por ejemplo, frente a los diferentes tipos de crisis que ha provocado, a nivel mundial, la pandemia COVID-19, se necesitan individuos que se atrevan a crear y a proponer alternativas que ayuden a establecer la nueva normalidad.
Hoy como ayer, serán los atrevidos los que impulsarán iniciativas locales, regionales y mundiales, tendentes a recuperar los sistemas sanitarios, a reactivar el crecimiento de la economía, a recuperar y crear empleos decentes, a dinamizar la industria turística, a revivir la dinámica de los sistemas educativos, a animar el espíritu alegre de las personas, a vitalizar las relaciones sociales. Los atrevidos saben que para mitigar los efectos provenientes del COVID-19, hay que actuar bien y rápido. El ánimo emprendedor y el brío optimista de los atrevidos, son la materia prima básica de su coraje para salir airosos de determinadas situaciones de crisis.
Felicidades a los millones de hombres y mujeres de todos los países del mundo que, pese a los efectos sin precedentes y a la amenaza latente de la pandemia COVID-19, no han dejado de realizar múltiples acciones que contribuyan a recuperar las cosas tangibles e intangibles perdidas. En este sentido, es justo y necesario felicitar a los profesionales de la salud, ya que gracias a su entrega y vocación de servicio las víctimas del coronavirus son menos.
Muchas felicidades a los científicos que realizan encomiables esfuerzos para producir una vacuna que proteja a los seres humanos de los efectos del coronavirus. Ellos se han centrado en buscar soluciones al problema planteado.
Enhorabuena para los líderes de la empresas e instituciones que, independientemente de los efectos generados por la COVID-19, se han atrevido a crear, desarrollar y posicionar un concepto de marca país, pretendiendo con ello llamar y captar la atención de millones de ciudadanos nacionales, regionales y mundiales, para que conozcan y disfruten los atributos tangibles e intangibles de la República Dominicana. Entiéndase, «La República del Mundo».
Felicidades a los pequeños, medianos y grandes empresarios por emprender iniciativas de marketing que motiven a los ciudadanos a vivir y a disfrutar los atractivos de la Navidad. Los atrevidos enfrentan las adversidades con determinación y coraje. Ellos, los atrevidos, siempre encuentran alternativas para alcanzar logros significativos. La situación actual general (economía, salud, educación, empleo, producción, etcétera), necesita personas que se atrevan a emprender acciones de alto valor agregado al retorno de la normalidad.
Aplausos para los que en el marco del coronavirus han puesto en práctica los principios de la solidaridad. Felicidades a los que con humildad se han atrevido a compartir lo poco que tienen con sus semejantes. Emprender y ayudar en tiempo de pandemia, no es para tímidos, pusilánimes, vacilantes, egocéntricos y pesimistas.
Congratulaciones para los docentes y estudiantes que han hecho un extraordinario esfuerzo para que la COVID-19 no colapsará totalmente las actividades educativas en sus diferentes niveles. Ellos se han atrevido a facilitar el aprendizaje a través de la virtualidad.
Merecen felicitaciones especiales los líderes políticos que, en medio de la pandemia, han entendido que la política es un medio para servir y construir el bien común. En momentos como los actuales, es cuando los optimistas se diferencian de los pesimistas. Loa a los que luego de los efectos de la pandemia, han aprendido a ser mejores seres personas.
Millones de felicidades para los que cada día aportan su granito de arena, convencidos de que pronto los ciudadanos del mundo volverán a la normalidad. La energía, la fuerza y la determinación de los atrevidos, permitirán el crecimiento continuo de la economía, la eficacia de los sistemas sanitarios, la creación de empleos dignos, la erradicación del coronavirus, la apertura de las fronteras, vigorizar las actividades educativas, así como recuperar el derecho a vivir libre de cualquier tipo de amenaza.
Elogios para los que, a pesar de los presagios desalentadores del COVID-19, realizan esfuerzos continuos para robustecer la cadena de producción, comercialización y consumo de los productos provenientes de la agropecuaria nacional. Congratulaciones a los empresarios que continúan manteniendo y creando nuevos empleos, aun en estos momentos de crisis sanitaria y económica. Hoy, República Dominicana y el mundo necesitan que los atrevidos pongan sus talentos y conocimientos al servicio de la rápida recuperación de la normalidad.
Ciertamente Hoy, República Dominicana y el mundo necesitan que los atrevidos pongan sus talentos y conocimientos al servicio de la rápida recuperación de la normalidad.