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viernes, abril 19, 2024

Miradas en torno a las RR. PP

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El desempeño sistémico y estratégico de las relaciones públicas siempre dependerá de la calidad profesional y humana del talento humano responsable de gestionar sus políticas, objetivos, estrategias y acciones tácticas. Todavía hoy, en muchas empresas e instituciones, las relaciones públicas son vistas y empleadas como plataforma mediática para transformar grandes mentiras en verdades relativas, para manipular determinadas realidades y para ocultar resultados derivados de prácticas gerenciales deshonestas. La gestión ética y profesional de las relaciones públicas no pretende ser un medio para establecer muros entre las organizaciones, la comunidad y los grupos de interés.

Hasta ahora, el desarrollo de las relaciones públicas en el entorno dominicano ha sido más cuantitativo que cualitativo. Además, la mayoría de sus acciones y esfuerzos se han dirigido a los aspectos operativos y mediáticos, obviando casi por completo el plano estratégico. En este sentido, podría afirmarse que en un segmento importante de las empresas e instituciones dominicanas de hoy, la gestión de las relaciones públicas se realiza a partir de las características del modelo agente de prensa, el cual se desarrolló entre 1850 y 1900.

La tarea fundamental de este enfoque consiste en utilizar el poder de los medios de comunicación masiva, como plataforma para difundir las noticias positivas y ocultar las negativas que se originan dentro y fuera de las organizaciones.

En República dominicana ha faltado mucho apoyo a la labor de investigación, estudio y difusión de las relaciones públicas. Esta apatía ha permitido la creación de un marco referencial confuso y limitado acerca de la comprensión y aplicación del rol estratégico de éstas en los entornos corporativo, gubernamental, social y humano. Hasta ahora, el desarrollo de las relaciones públicas en la sociedad dominicana ha sido más cuantitativo que cualitativo. Para comprobar dicha afirmación solo hay que cuantificar la cantidad de departamentos que operan en las agencias públicas.

Las relaciones públicas son y serán un medio confiable para construir, compartir y difundir las historias de logros sociales que protagonizan o facilitan las empresas, las instituciones, las marcas y las personas. República Dominica es uno de los países de América Latina donde menos reflexiones académicas se realizan en torno al rol estratégico de las relaciones públicas, como uno de los medios idóneos para humanizar los climas laborales en las empresas e instituciones.

En el siglo XXI, la tendencia es transformar las organizaciones en espacios sanos, alegres, inclusivos, productivos, competitivos, con alta sensibilidad humana, con capacidad y habilidad para ayudar a su talento humano interno a desarrollar inteligencia emocional, social, espiritual y cognitiva. Para lograr estas aspiraciones, siempre se requerirá del apoyo y el acompañamiento de los componentes humanístico y dialógico que caracterizan a las relaciones públicas profesionales.

Independiente de que la compañía fabricante de automóviles, Tesla, haya tomado la decisión de disolver su departamento de relaciones públicas, y encomendar sus funciones a las áreas de gestión humana y financiera, hoy, mañana y siempre, las relaciones públicas serán parte importante de la plataforma estratégica, táctica y operativa que se requiere para definir, aplicar y posicionar, dentro y fuera de las organizaciones, los componentes tangibles e intangibles que sustentan su perfil de identidad corporativa. (PIC), así como crear y mantener relaciones sanas con los distintos grupos estratégicos y de interés.

En muchas empresas, instituciones y marcas existe la mala práctica de emplear las relaciones públicas como plataforma mediática para transformar mentiras en verdades y verdades en mentiras. Es decir, usarlas como cortinas de humo para impedir que las audiencias vean y comenten sus prácticas y acciones deshonestas.

Se equivocan los que creen que las relaciones públicas han muerto. En este siglo, en el que los facultativos de la psicología y la sociología advierten acerca de las consecuencias negativas provenientes del proceso de deshumanización que actualmente caracteriza a las sociedades y a sus organizaciones, las relaciones públicas éticas y profesionales se proyectan como la mejor plataforma para humanizar las relaciones sociales y laborales.

Que quede claro, las relaciones públicas solo han muerto para los políticos, empresarios, gremialistas y activistas sociales que siguen creyendo que en este siglo de redes sociales, es posible continuar traficando con la verdad. Ellos se olvidan de que hoy todo se sabe, se dice, se comenta y se difunde con plena libertad. En la presente coyuntura, no existen medios capaces de impedir que los ciudadanos conozcan las malas y buenas acciones en las que suelen incurrir los que lideran las organizaciones.

En la presente cultura de la diversidad, en la que el mundo cada vez se asemeja más a una aldea global, libre de todo tipo de fronteras, las relaciones públicas son y serán el mejor medio para facilitar la convivencia, la cooperación, la articulación y el respeto entre los seres humanos, las organizaciones y los recursos naturales no renovables. Son las relaciones públicas la vía más corta y segura para posibilitar el diálogo sincero y la armonía entre los intereses de las organizaciones y sus grupos estratégicos y de interés.

Todas las empresas, instituciones y marcas necesitan el apoyo y el acompañamiento de las relaciones públicas, para establecer vínculos sostenibles, prevenir y corregir conflictos, humanizar los climas laborales, fomentar el diálogo sincero, socializar y consolidar la filosofía, cultura y valores corporativos, así como gestionar estratégicamente los activos intangibles: reputación, credibilidad, confianza, información, capital relacional e imagen pública. En esta nueva realidad, las relaciones públicas tienen que ser capaces de planificar, implementar y controlar estrategias y actividades creativas que ayuden a las personas a salir del duelo provocado por la COVID-19.

En los momentos actuales, en los que los diversos efectos derivados de la COVID-19 lo han cambiado todo: crisis sanitaria sin precedentes, descrecimiento de la economía, pérdida masiva de empleos, disminución del contacto físico, nuevos estilos de relaciones sociales y laborales, auge del miedo individual y colectivo, lo virtual ha sustituido lo presencial, el logro de metas depende del curso de la pandemia, presencia continua del duelo y se ha incrementado el miedo individual y colectivo, las relaciones públicas disponen de los medios requeridos para poner el factor humano por encima de todo.

El desempeño sistémico y estratégico de las relaciones públicas siempre dependerá de la calidad profesional y humana del personal responsable de gestionar sus políticas, objetivos, estrategias y actividades. Todavía hoy, en muchas empresas e instituciones, las relaciones públicas son vistas y empleadas como plataforma mediática para transformar grandes mentiras en verdades relativas, para manipular determinadas realidades y para ocultar resultados derivados de prácticas gerenciales deshonestas. La gestión ética y profesional de las relaciones públicas no pretende ser un medio para establecer muros entre las organizaciones, la comunidad y los grupos de interés.

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