Valdría la pena poner atención a algunas de nuestras mujeres, mucho más si están en política.
Padecer una pandemia como la del coronavirus, y que este padecimiento sirva circunstancialmente para que desde el Poder se haga prevalecer el oportunismo inhumano ha de llamar la atención. “Es algo vergonzante, nunca visto en el país”, decía hace algunos días sobre un pedestal de amplísima experiencia, la doctora Milagros Ortiz Bosch, política activa y en campaña. La doña se siente aborrecida, enfadada, sobrecogida por el tedio.
A la distancia de miles de millas y varias horas de por medio, la periodista española Pilar Santo Domingo, advierte: “El PLD puede provocar un conflicto civil en República Dominicana. Los últimos movimientos del presidente Danilo Medina favorecen claramente al candidato oficialista Gonzalo Castillo (apodado “el Penco” por el mismo Medina)”. Esta periodista acostumbrada a adentrarse en el panorama dominicano ve lo arriesgado de la acción del presidente Medina, en que “Castillo está colocado muy por debajo en las encuestas respecto a opositor Luis Abinader”.Nos están robando las elecciones en nuestra propia cara” fue la cruda sentencia, que por lo escueta no deja de ser reveladora de la observación de Raquel Peña, la candidata vicepresidencial que acompaña en sus aspiraciones a Abinader. La candidata Peña, una mujer del mundo empresarial y educativo es la mejor dotada para ver su asunto con claridad.
El paso del coronavirus por la República Dominicana ha facilitado que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el presidente Medina, hayan estado empleándose a fondo, en sus hábitos, sin escatimar esfuerzos,
Se “están robando las elecciones ante los ojos de todo el mundo”. Las burdas maniobras ejecutadas en el uso de los fondos públicos y el abandono del aparato de las sagradas instituciones del sistema, se han convertido en un escarnio que apesta hasta al más despistado. Sin que haya barrera moral ni ética.
Tiempo caótico
En el trayecto que resta hasta llegar al pie de la urna electoral el 5 de julio, el votante tendrá tiempo para reflexionar. Y lo importante sería que ese votante agote la acción como un proyecto personal definitorio. Para eso, le bastará la observación de los hechos de cada día.
Vivimos la era de la desinformación. Ese elemento comunicacional es parte fundamental del caos. Los hechos retorcidos y forzados en un ambiente absurdo bastarían para trastornar la libertad de cualquier ciudadano. La carga de acontecimientos es abrumadora.
Clave del robo
La clave del robo que denuncia la señora Raquel Peña parece radicar en la usual maniobra ejecutada mediante el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN) que resume el sistema de asistencia social mediante la tarjeta Solidaridad, en manos de Margarita Cedeño, vicepresidenta del país y a su vez, candidata a ese mismo cargo junto al Penco Castillo.
El SIUBEN es una estructura legal orgánica que ficha a través de la JCE, mediante la cédula electoral y de identidad. Estos votantes detectados por colegios electorales son reunidos en grupos de veinte electores (Padroncillo), se les da seguimiento presencial y vigilancia telefónica para entregarles dineros, y otros beneficios a cambio del voto.
El día de las elecciones, un dirigente del PLD pagado para ello, con equipo moderno de comunicación los tiene ubicados, los contacta en sus casas y lo conduce en motocicletas y otros vehículos hasta las mesas electorales que les corresponde. Esto ha sido puesto en evidencia por la propia candidata Margarita Cedeño, públicamente.
El robo
El Penco, un empresario mencionado en numerosas acciones dolosas en el Ministerio de Obras Públicas en el que Medina lo colocó de por vida, logró levantar un fortín militar comandado por parientes cercanos, ante los ojos ciegos de las instituciones militares. El 80% de los adquirientes de las empresas del Penco Castillo son contratistas de obras públicas. Es una vieja práctica dominada por el PLD desde 1996. El Penco Castillo coge prestado en el Banco de Reservas A los más bajos y privilegiados intereses. Y paga los préstamos con los mismos fondos que generan los contratos. Siempre se dijo que el Penco Castillo cargaba las mochilas de Medina, a quien alojó con todo y alforjas durante toda su carrera política, en un inmenso edificio de su “propiedad” en una de las principales avenidas de Santo Domingo.
“República Dominicana necesita un cambio y el pueblo lo está entendiendo, lo que se puede ver en los sondeos electorales de cara a los comicios del 5 de julio”, según Pilar Santo Domingo y su Diario 16.
En este país no se rinde cuenta por nada, no hay institucionalidad judicial, el sistema de salud, ahora más que nunca se rebela deficiente y también utilizable para falsificar la realidad del paso del coronavirus con el propósito de atemorizar a los votantes.
El paso del coronavirus ha forzado el establecimiento de un sistema de prisión domiciliaria en todo el país. Todo el mundo es reprimido con militares y policías para “quedarse en casa”, en la letra de un decreto al que un pueblo desorganizado no hace el menor caso.
La compensación al “quédate en casa” ha sido el desfalco de las bóvedas del Banco Central de donde se ha sacado parte de las reservas nacionales para regalarlas en la mayor jornada clientelista de la historia nacional, sólo para secuestrar el voto envuelto en las necesidades materiales de unas masas hastiada por la explotación y el abandono.
Todo luce conducir hacia lo imprevisto ya que no hay árbitro. La Junta Central Electoral (JCE) que deberá legitimar los resultados de los comicios del 5 de julio sólo ve por los ojos del presidente Medina y su partido PLD, en medio de una cadena de escándalos que han caracterizado todo el proceso.
Visto todo esto por nuestras mujeres no hay dudas de que el escenario está montado para lo impredecible. Porque lo absurdo conduce por fuerza a lo impredecible. Autor Juan M Garcia
