Hay, en la Policía Nacional, un Coronel de nombre José Rafael de los Santos, quien se acaba de comportar como un General, en un país en donde se exhiben sin méritos, tantos generales sin tropas y sin batallas.
De los Santos ha sido puesto al frente de una tropa que la ciudadanía, a través de las instituciones pertinentes, ha considerado compuesta por los más desalmados de entre nosotros. Los presidiarios de la estimada peor cárcel dominicana, La Victoria.
¿Y qué ha hecho ese Coronel en su conducta de General, cuando se asomó por primera ocasión para arengar a esos miles de presos arremolinados en bullicio ante su presencia autoritaria?
Advirtiendo que es, en estos momentos, la voz de la disciplina en la penitenciaría La Victoria, un hombre bueno y decente. Pero que nadie se equivoque, porque al momento de imponer la autoridad que preserve la disciplina, puesta en sus manos de policía, podría romperle “los huevos, al primer osado”.
¡Oh, Dios! ¡Todavía hay autoridades dispuestas a jugárselas imponiendo el rigor de la disciplina necesaria para que este desorden nuestro empiece a dar visos de que puede ser normado para mejor suerte nuestra!
Coronel De los Santos, no tenga temor a nada. Ya usted demostró que puede ser ascendido a general, para que ningún otro coronelito de esos que aparecen por doquier, quiera interponérsele queriendo impedir la disciplina necesaria y simbólica que necesita este país, como modelo.
De los Santos no será uno de los coroneles que quiera casarse con alguna gloria. Pero ya tiene quien le escriba. Mientras su autoridad sea impuesta en la calma que traiga sosiego para todos.
Enhorabuena, Coronel, o sea, General José Rafael de los Santos. Y recuerde que lleva por nombre José, un carpintero que, según las escrituras, preservó la vida de un Dios enviado a la redención de la tierra. Pero sólo tenga presente en algunas cosas, la memoria de su otro nombre, Rafael, por lo de Trujillo.
Aunque Rafael es el nombre que dan al Ángel de la Guarda de cada uno de nosotros, según reza la tradición. Y después de todo, Coronel, usted también lleva el nombre que no es de pila, de “De los Santos”. Su apellido que lo distinguirá, para enunciar su conducta de oficial policial.
Si es teniente coronel, que lo hagan coronel full. Mientras su conducta sea la de un pundonoroso General. Eso llega.
No todo está perdido en la República Dominicana.
¡Acoger la disciplina como procedimiento de forma y vida antes, es sentarse en el confortable lobby de la tienda del éxito en espera del próximo turno!