Como si se tratara de la celebración del 4 de julio, día de la independencia de los Estados Unidos, la ciudad de Nueva York celebró el pasado miércoles 16 de junio con alegría y fuegos artificiales el haber logrado la vacunación del 70 por ciento de sus residentes.
Una meta que se habían propuesto lograr las autoridades para iniciar la estrategia de dar apertura total a la ciudad, que consiste en levantar las restricciones que se impusieron para evitar el continuo contagio del coronavirus SARS-Cov-2, incluido que ya no es necesario usar mascarillas.
Conjuntamente con el lanzamiento de fuegos artificiales, el gobernador Andrew Cuomo dispuso el levantamiento inmediato de casi todas las restricciones sobre reuniones comerciales y sociales, incluidos los límites de capacidad, requisitos de distanciamiento social, las pautas de desinfección, y los exámenes de salud.
La ciudad de Nueva York, a raíz de la llegada del COVID, en febrero de 2020, y el mal manejo que dieron las autoridades para enfrentar el virus, se convirtió rápidamente en el epicentro de la pandemia, que luego se dispersó de costa a costa por todos los Estados Unidos.
Las consecuencias fueron desastrosas en materia de salud, provocando miles de muertos y daños severos a la economía, llevando a la banca rota a cientos de negocios y empresas de toda índole, por el cierre total o parcial de cada uno de ellos.
Aunque aún falta mucho para “cantar victoria”, por lo menos la ciudad cuenta con una población mayoritaria inmunizada con una o doble dosis de las vacunas adquiridas por el gobierno federal a los laboratorios farmacéuticos Pfizer-BioNTech, Moderna Inc., o Johnson & Johnson/Janssen.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), contemplan sumar dos nuevas vacunas adicionales, AstraZeneca y Nonavax Covid. Pero estas aún se mantienen en ensayos clínicos de fase 3 antes de ser aprobadas su uso en los Estados Unidos.
Estos ensayos, que se llevan a gran escala, se iniciaron en febrero de 2021 y se encuentran en su etapa final para la certificación de eficacia requerida por las autoridades de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), y los mismos CDC.
El pasado lunes 14 de este mes, los ejecutivos de la empresa de biotecnología Novavax aseguraron que su vacuna experimental es segura y 100 por ciento efectiva en enfermedades de moderadas o graves.
Agregan que las pruebas de Fase 3 en el Reino Unido ya se completaron, y que solo esperan la aprobación de la FDA en los EE.UU. para su comercialización.
Aunque la celebración en Nueva York es válida por alcanzar el 70% de vacunados, hay que seguir insistiendo en que la mejor vacuna contra el COVID es la que está disponible para los que deseen protegerse de la enfermedad viral, salvo aquellos que por razones de reacciones alérgicas no lo puedan hacer.
Sobre este punto, los CDC confirmaron que se han presentado casos sobre miocarditis y pericarditis en adolescentes y adultos jóvenes después de la vacunación, y aseguran que las vacunas aprobadas superan los riesgos conocidos, incluyendo estos últimos, por lo que recomiendan su uso contra el COVID de 12 años en adelante.
Demás está decir a los seguidores de teorías conspirativas y creadores de “Fake News” que el COVID es real y letal, que, si no te mata por asfixia por daños en los pulmones, te deja como consecuencia una secuela de problemas de salud complejos y de largo período de sufrimiento, hasta que los facultativos logren la mejoría adecuada.
Satisfecho por la celebración, el gobernador Cuomo envió una felicitación a los trabajadores esenciales del estado de Nueva York, incluidos médicos, paramédicos y enfermeras, lamentando a los que murieron realizando sus labores para salvar vidas de personas afectadas por COVID.
En verdad, no es momento para celebrar. Era preferible anunciar con cautela el logro de haber llegado a una meta de vacunación tan significativa como el 70%, ya que todavía hay un 30% de la población neoyorkina no vacunada cuando existen variantes del virus más contagiosas que el COVID.
Igualmente, las 33,000 víctimas del COVID en Nueva York dejaron el doble de familiares en luto por su partida a destiempo, por lo que es también muy difícil unirse a una celebración por ese motivo, y cuando hay millones de personas que continúan sufriendo las secuelas de esta enfermedad no solo en la ciudad de los rascacielos, sino también en todo el mundo.
Esperamos que Nueva York vuelva a hacer como lo era antes: bulliciosa, atractiva, centro de destino turístico de preferencia a nivel mundial, con una economía robusta y mayores oportunidades de empleos, aunque siempre habrá un antes y un después del COVID.
Ahora, es opcional que las empresas requieran mantener por seguridad las restricciones contra el virus y el distanciamiento, como lo mantendrán los centros de atención médica, escuelas, transporte público y refugios para personas sin hogar.
