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miércoles, abril 24, 2024

Volver a empezar

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Desde diciembre de 2019, el mundo cambio, luego que se identificó por primera vez la presencia de la COVID-19, en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en la República Popular China. Más adelante, en marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoce como pandemia.

Los efectos del coronavirus cambiaron el curso de muchas premisas establecidas con anterioridad. Por ejemplo, el comportamiento de la economía global, la forma de convivir, cómo dirigir políticamente los países. En fin, la pandemia cambió y aceleró el curso del mundo.

La COVID-19, que ha provocado la crisis sanitaria más grande del mundo, ha causado una descomunal destrucción de la economía, ha agudizado las desigualdades que ya existían. El cuándo terminará la pandemia es una incógnita. Después que haya concluido la COVID-19, ¿con qué actitud asumirán el gran reingreso los gobiernos, los Estados, las corporaciones, las empresas, las organizaciones de la sociedad civil, los trabajadores, las academias, los gremios de profesionales, etcétera? La realidad es que el coronavirus lo ha cambiado todo. Hay que prepararse para el gran reinicio, ya que el no hacer nada es una mala decisión.

Un medio para entender cómo el coronavirus ha acarreado tantos problemas, dolencias y duelos individuales y colectivos, así como inferir qué se requiere y qué hacer para establecer un mundo más inclusivo, resiliente y sostenible, podría ser el análisis y reflexiones que al respecto han llevado a cado los autores del libro “COVID-19: El gran reinicio”, del profesor Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial y  socio gerente de Monthly Barometer.

Klaus y Malleret aseguran que la COVID-19 ha provocado cambios trascendentales y ha magnificado los problemas que ya aquejaban a las economías y sociedades, tales como el aumento de las desigualdades, sensación generalizada de injusticia, profundización de las brechas geopolíticas, incremento del déficit público, los elevados niveles de endeudamiento, una gobernanza global ineficaz o inexistente, una excesiva financiarización, degradación del medioambiente, entre otros desafíos que existían antes de la pandemia. Desde lo individual y lo colectivo, el reinicio debe centrarse en reconstruir las diferentes dimensiones de la humanidad.

“Reiniciar es una tarea ambiciosa, quizás demasiado ambiciosa, pero no tenemos más remedio que hacer todo lo posible para llevarla a cabo. Se trata de hacer que el mundo sea menos divisivo, menos contaminante, menos destructivo, más inclusivo, más equitativo y justo de lo que era antes de la pandemia.

No hacer nada, o demasiado poco, es caminar como sonámbulos hacia una situación de creciente desigualdad social, desequilibrio económico, injusticia y degradación ambiental”. (COVID-19: El gran reinicio, 2020).

La actitud con que los gobiernos, las empresas y la sociedad civil asuman el reinicio, será esencial para no repetir las mismas prácticas y errores del pasado, los cuales obstaculizan la cooperación a nivel nacional, regional e internacional.

Los autores de COVID-19: El gran reinicio, afirman que no actuar equivaldría a dejar que nuestro mundo se volviera más mezquino, más dividido, más peligroso, más egoísta y simplemente insoportable para grandes segmentos de la población mundial. En este sentido, se plantea que la cooperación en el ámbito de cada país y entre países será indispensable para realizar un reinicio adecuado.

Hay que asumir los efectos de la pandemia como un proceso de aprendizaje individual y colectivo, que ayude a crear un mundo con menos pobreza y desigualdad, con más empleos dignos, con más y mejores esfuerzos para afrontar el cambio climático y con memos populismo de derecha e izquierda. El reinicio es un tema de tanto interés global para la prosperidad y estabilidad de la vida humana, animal y vegetal, que el mismo fue objeto de debate en la agenda de la cumbre de Davos 2021.

Los autores de COVID-19: El gran reinicio, concluyen diciendo que: “Ahora estamos en una encrucijada. Un camino nos llevará a un mundo mejor, más inclusivo, equitativo y respetuoso con la Madre Naturaleza. El otro nos llevará a un mundo que se parece al que acabamos de dejar atrás, pero peor y constantemente salpicado de sorpresas desagradables. Por tanto, debemos hacer las cosas bien. Los desafíos que tenemos por delante podrían ser más importantes de lo que hasta ahora hemos querido imaginar, pero nuestra capacidad para reiniciar también podría ser mayor de lo que nos habíamos atrevido a esperar”.

La COVID-19, igual que todos los eventos aleccionadores, puede sacar lo mejor y lo peor de cada persona. Ojalá que luego de concluir este acontecimiento, el reinicio sea para mejorar todo lo mal hecho del pasado. ¿Qué ha aprendido la humanidad de los efectos devastadores provenientes de la pandemia? ¿Después que concluya la pandemia, los países más ricos continuará agrediendo sin piedad a la Madre Naturaleza, a nombre de un supuesto progreso global? ¿Podrán los líderes políticos, corporativos y sociales del mundo, reconstruir la confianza y tomar decisiones cruciales, de restablecer las prioridades y la urgencia de acometer reformas globales? ¿Tendrán los líderes mundiales la visión y el interés de impulsar un proyecto colectivista para enfrentar la crisis provocada por el coronavirus a nivel global y la alta contaminación en el planeta? De lo que se trata es de volver a empezar para aprender a ser mejores personas y construir un mundo mejor y próspero para todos.

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