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martes, abril 16, 2024

Wen Guillén y los panfleteros de Santiago

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Por Manuel Bueno (MB)

1.-MB.- Postergué durante veintiún años referirme al tema, queriendo evitar mayores tribulaciones a una madre como Thelma Gómez, para quien su amadísimo hijo Wen siguió siempre viviendo en su corazón, lacerado por profundas y sangrantes heridas con su abrupta desaparición

NIC.-De entrada, en este artículo de Manuel Bueno, que aporta un valioso testimonio a ese episodio de heroísmo de nuestra historia, la lucha y el sacrificio de los “panfleteros” anti-trujillistas de Santiago, Manuel revela sus extraordinarias condiciones humanas, su alta sensibilidad, su amor y protección a la madre de su camarada y amigo Wenceslao Guillén Gómez, vilmente asesinado en la terrible ergástula de La 40.

2. MB.- Pero es ya la hora de lanzarse al rescate de este descomunal héroe nacional –mártir a sus veinte años- que se llama Wenceslao Guillén Gómez (Wen Guillén), cuya memoria ha querido ser mantenida, al igual que muchos otros que cayeron en la lucha antitrujillista, en el más recóndito de los anonimatos por los beneficiarios y continuadores de ese régimen de oprobio conocido como Era de Trujillo.

NIC.- Veinte y un años después Manuel Bueno se rebela contra la conspiración del silencio tendida por la clase dominante-gobernante dominicana contra esa gesta escenificada por jóvenes llenos de dignidad, desde su vida humilde y se decide a revelar sus estremecedoras vivencias y agudas apreciaciones sobre ese desgarrador pasaje de las luchas estelares de nuestro pueblo.

3. MB.- En un artículo reciente, el doctor Negro Veras, integrante de ese grupo de jóvenes y valientes intelectuales que se nucleó alrededor de la figura aglutinante de Wen Guillén, y a cuyo valor sin límites, al igual que muchos otros, debe la vida, rompió el silencio ponderando una serie de cualidades y virtudes del desaparecido líder y algunos detalles de su lucha infatigable por derrotar la tiranía.

NIC.- Comienza, en otro gesto de su fina sensibilidad humana y su alejamiento de todo egoísmo, por reconocer los méritos de otros y no los propios, en una combinación de exaltación del inmenso valor de Wenceslao Guillén, del valioso rol del reconocido luchador Negro Veras, compañero de esa osadía juvenil, protegido por la entereza de Wenceslao.

4. MB.- Ese artículo me incentivó a producir el presente, en el cual revelaré los rasgos más sobresalientes de la actividad revolucionaria de Wen y parte de los episodios terroríficos que padeció en las ergástulas del déspota, hasta caer vilmente asesinado por sus sicarios. Episodios que deben ser conocidos por la presente generación que hoy disfruta de un ambiente de libertades públicas inexistentes en esa época, que ignora la magnitud de las inenarrables crueldades utilizadas por los funestos esbirros al servicio de esa oscura noche de nuestra historia, para acallar las voces de quienes se levantaron valientemente para enfrentarla, y convertir la República Dominicana en una nación verdaderamente libre y democrática.

NIC.- En ese tenor, apuntando hacia el corazón de las nuevas generaciones, que ya actuaban en un clima mucho más libre, ya en la década de los 80 reconoce el valor inspirador del primer artículo de Negro Veras sobre el líder de los “panfleteros”, en su decisión de comenzar a resaltar sus grandes valores y lo que le costó forjarlos en el Santiago de aquellos tiempos, en medio de tantas precariedades.

5. MB.- Wen se distinguió desde temprana edad en los círculos estudiantiles del Liceo Secundario de Santiago, por un inusitado y tesonero afán de superación intelectual que escapaba a la situación imperante a mediados de la década del cincuenta. En su mirada penetrante reflejaba una inteligencia y madurez poco comunes en un púber. De extracción humilde, debió conformarse con los libros que encontró a su alcance en la biblioteca de la “Sociedad Amantes de la Luz”, donde se convirtió en asiduo lector, de libros políticos de Vargas Vila, y hasta una vieja edición que había del Capital, de Max, el cual dejó marcado al caer prisionero.

NIC.-El liceo, su inteligencia, sus primeras lecturas, la Biblioteca Amantes de la Luz, Vargas Vila, y la valiosa influencia del viejo Marx, vertida en la inmensidad crítica de El Capital, no podían ser silenciadas por un luchador del calibre de Manuel. Allí estaba parte del nutriente de la joven e imparable rebeldía de Wenceslao.

6.MB.- Su pensamiento político era de una claridad y conciencia increíbles para el momento incierto que le tocó vivir, llegando al convencimiento que solo desde dentro se podía hacer la revolución, contrario a la vana ilusión de otros que soñaban con las armas que “iban a ser arrojadas a los patios desde el aire”. Las armas están aquí, las tienen ellos mismos, y solamente tenemos que prepararnos para aprender a quitárselas, solía expresar a sus íntimos. Por eso prefirió formar su propio grupo de noveles y confiables futuros combatientes, al cual bautizó con el nombre de “Unión de Grupos Revolucionarios Independientes, (UGRI)”, aunque no por eso dejó de mantener contacto con el Movimiento “14 de Junio”, a través del padre Cruz Inoa y de Cayeyo Grisanty.

NIC.- A su condición de joven estudioso e inteligente, Manuel le agrega al recuerdo imborrable de Wen su perspicacia política, su confianza en la lucha interna -más que en lo que podía caer del cielo o desde platas extranjeras en tanto a las armas se refería-. Su confianza en el valor del conocimiento y la organización plasmada en el UNGRI que contribuyó a forjar y sus vínculos con el naciente 14 de Junio a través del legendario Cayeyo Crisanty.

7. MB.- Se trazó un plan de acción que consistía de varias fases, empezando con el desarrollo simultáneo de la capacidad física a través del ejercicio y la adquisición de conciencia política por medio del estudio. Sostuvo la tesis de que se debía ir minando paralelamente la estabilidad del régimen, mediante progresivas acciones de propaganda y sabotaje, las que puso en marcha inmediatamente con la colocación de letreros de “Abajo Trujillo” en las paredes de escuelas y calles. Para la noche de inauguración del campeonato de pelota del año 1959, organizó su grupo para la distribución de grapas en las vías públicas de mayor tránsito, y así boicotear el acto de apertura, que acostumbraba aprovechar Trujillo para promover sus cacareados “paz y bienestar”. A finales de ese año, ya nos transmitía las enseñanzas que, sobre la fabricación de bombas, predicaban por la radio los exiliados dominicanos desde Cuba y Venezuela, y empezamos a acumular pólvora en la casa de Enrique Perelló en el barrio El Ejido.

NIC.- De las bases teórico-políticas y los primeros pasos organizativos, Manuel Bueno destaca como Wen Guillén insta a todo el grupo a pasar de las palabras a los hechos y describe como contribuyó a diseñar y poner en práctica un audaz y riesgoso PLAN DE ACCIÓN: propaganda y agitación, letreros ¡ABAJO TRUJILLO! -en escuelas y calles-, distribución de grapas para deslucir la presencia del tirano en la inauguración del campeonato de pelota e instrucciones para acciones de sabotaje, que incluyeron técnicas de fabricación de bombas caseras. Pensamiento y acción fundidos en armas contra la Tiranía.

8. MB.- Ese mismo diciembre, conocedor de mis habilidades artísticas y manuales, me tenía ocupado en el sótano de su casa en la calle General Valverde, en la confección del clisé que serviría para imprimir los volantes con que inundaríamos las calles de Santiago a principios de 1960, cuya distribución, ajena a los planes del 14 de Junio, significó, no tan solo la captura de nuestro grupo, sino que desató la redada contra los miembros de ese movimiento.

NIC.- Solo después de reconocer la visión integral que le imprimía Wen a ese conjunto de aguerridos y talentosos jóvenes, Manuel habla de cómo Wen le asignó, atendiendo a sus “cualidades artísticas y manuales”, la confección de los volantes a imprimir, que una vez profusamente distribuidos, su impacto desconcertante para los artífices de la paz sepulcral entonces imperante, desató una tenaz persecución que concluyó con el apresamiento de la mayoría de los integrantes del grupo revolucionario y tocó las filas del 14 de Junio, a pesar de que la acción fue de la exclusiva responsabilidad de la UNGRI.

9. MB.- Fue el contenido de la literatura de esos panfletos, acción que determinó el sobrenombre de “Los Panfleteros de Santiago” a nuestro grupo de UGRI, lo que realmente provocó “la condena a muerte” por Trujillo, de todos sus participantes. Estaban impresos en ambas caras de la mitad del papel 81/2 x 11, con la siguiente proclama en el lado frontal: “¡Viva la Revolución!”, ¡Abajo el Tirano! ¡Libertad o Muerte!, UGRI, y en el reverso, una sentencia que “el jefe” no podía perdonar: “Con perdón de la expresión, Trujillo es una Mierda”.

NIC.- Con enorme agudeza Manuel Bueno -a la par de dar a conocer el diseño y los contenidos revolucionarios y la intrepidez de las consignas de los panfletos profundamente distribuidos- sostiene la idea de que esa acción determinó la condena a muerte de los integrantes de ese movimiento. Su razonamiento es de una certeza incuestionable, sobre todo si se valora la crueldad extrema de esa tiraría y la megalomanía de Trujillo valientemente calificado de pura MIERDA.

10. MB.- Ya en La 40, Wen se destacó frente a sus torturadores, de la mayoría de los jóvenes que iban cayendo prisioneros, por su valentía y extraordinaria capacidad para resistir el dolor, y su firmeza para enfrentar los interrogatorios manteniendo sus posturas. Sentado en la silla eléctrica, y viendo sus captores que no había forma de arrancarle una confesión que delatara a sus colaboradores, puesto que sostenía que había trabajado solamente con los pocos que ya se encontraban detenidos, uno de los esbirros pidió que le trajeran el cuchillo de la cocina, y cuando procedía a clavarlo en su escroto para arrancarle los testículos, un compañero que observaba frente a él esta malvada operación, y quien había resistido previamente los corrientazos, ya que trabajaba como liniero en la Compañía de Electricidad, no pudo resistir tan macabro espectáculo, y gritó: “Wen, te vas a dejar matar, Déjenlo, que yo voy a hablar.

NIC.- Esta espeluznante descripción no podría tener sustituto a la hora de describir el extraordinario valor y la inmensa humanidad de este luchador todavía no conocido y reconocido colectivamente en su real dimensión.

11. MB.- Por este y muchos otros gestos de valor los matones a sueldo de La 40 le apodaron “el célebre Wen”, así le hacían llamar de la solitaria para cada interrogatorio. Recuerdo su figura desafiante, aunque encorvada por los tantos golpes recibidos, desnudo y esposado al frente, al instruirme en la sala de tortura, de cara al escritorio del abogado: “Escribe tu declaración tal cual te estoy diciendo, cuidando de no involucrar a nadie más, leela bien antes de firmarla, no te vayas a manchar pidiéndole perdón al hijo de puta ese”.

NIC.- El “célebre WEN” -célebre hasta para los esbirros impactados por sus osadías- no perdía oportunidad para instruir a sus camaradas de tal manera que ni por descuidos involuntarios hicieran las veces de delatores. Esta confesión de Manuel es reveladora de ese celo revolucionario y esa integridad moral.

12. MB.- Luego, en las solitarias del sótano del Palacio de la Policía, a las que fuimos trasladados catorce de nosotros, la madrugada del 21 de enero de 1960 desnudos en una guagua celular, enseñándome a fabricar un tipo de bomba de tiempo que me dijo le transmitió Manolo, y haciéndome jurarle continuar la lucha, pues ya tenía una clara convicción: “A todos nosotros nos van a matar, y tú eres quien tiene las mayores probabilidades de sobrevivir, de manera que tienes que hacerte cargo”. ÉL tenía entonces veinte años y yo quince.

NIC.- Esa visión preservadora incluyó el sentido de continuidad delegado por Guillén en Manuel Bueno con el tino propio de un visionario que asume su sacrificio y el sacrificio colectivo, sin dejar de pensar en el porvenir de la conspiración revolucionaria.

13. MB.- No sé exactamente cuál noche le tocó a Wen, pero entre el 25 y 29 de ese mes de enero, pude percatarme de cómo nos fueron procurando en pequeños grupos los calieses del SIM, para el regreso a La 40, y luego de indescriptibles torturas, inventar cada madrugada, asesorados por expertos exagentes nazis, la forma más cruel de completar la orden de exterminio emanada del sátrapa. A uno de los muchachos le fueron extrayendo la sangre con una jeringuilla hipodérmica, para irla derramando en su presencia, en el patio de la cárcel, hasta perder el conocimiento y luego morir.

NIC.-Tal como vaticinó Manuel en su reflexión sobre el contenido de los panfletos, el exterminio se consumó en los días finales de enero de 1960.Se consumó a lo Nazi, yo diría que peor aún, con una crueldad y un sadismo inimaginables, como lo describe con magistral veracidad Manuel Bueno en su breve versión testimonial, realmente horripilante e imposible de imaginar previamente.

14. MB.- Existieron pormenores que todavía me resuelven el estómago, y me hacen asomar las lágrimas cada vez que los reedita mi memoria, tan desagradables, que mejor es no contarlos y poder olvidarlos, y si ahora he traído algunos a colación para honrar la memoria de ese gran luchador y héroe nuestro que se llama Wen Guillén, ha sido porque considero que, por duro que haya sido, nuestras juventudes de hoy no deben ignorar las atrocidades cometidas por los secuaces de la funesta Era de Trujillo, para que no permitan que nuestro país regrese jamás a épocas de tanto oscurantismo, de conculcación total de las hermosas libertades públicas que hoy disfrutamos, y no se dejen confundir por los eternos apologistas del trujillismo, charlatanes tumba polvos e inescrupulosos lisonjeros, defensores de esa nauseabunda manera de pensar y hacer las cosas que Trujillo nos dejó como una lacra, y que hoy, gracias a Dios y a visionarios como Wen Guillén, ya hemos superado bastante . Escorias humanas que aplaudieron públicamente la muerte de un hijo por “traicionar al Jefe amado”, mientras entregaban la más hermosa de sus hijas al disfrute de sus caprichos sexuales. Por suerte ya mucho se han ido al “cielo” y los que quedan van cuesta abajo hacia el ocaso.

NIC.- Ahora entiendo más por qué Manuel Bueno tardó tanto en dar estos testimonios desgarradores, como entiendo su extraordinario valor presente y futuro para arrancar las raíces de la tiranía y su maldita influencia que se proyecta todavía en caudillismo presidencial, en represiones, en autoritarismo y alabanzas, en “lambonismo”…en negación de derechos fundamentales, en negación de democracia social, cultural, económica, en opresión de género, maltrato a niños/as y jóvenes, abusos y crímenes sexuales… en negación de soberanía popular y nacional.

15. MB.- Debemos continuar rescatando del anonimato a nuestros verdaderos héroes y mártires, dando a conocer su ideario, su trayectoria de lucha y afanes revolucionarios, reconociéndoles como nuestros únicos prohombres acreedores de honrar con sus nombres nuestras escuelas, plazas y calles principales, desplazando muchos falsos ídolos de barro que hoy ocupan esas posiciones señeras, aupados por los panegiristas y adulones, y que son más bien merecedores del escarnio y el olvido del pueblo. Loor a Wenceslao Marcial Guillén Gómez. (WEN GUILLÉN)

NIC.- Felicito a Manuel, te felicito Negro, me enorgullezco de haberlos conocido, de compartir luchas juveniles y universitarias, de tenerlos como amigos y camaradas.

P/D.-Recuerdo a Manuel antes, en y después de Abril 65, su figura, su modestia, su carga de talento y heroísmo, asumida sin fanfarrias. Lo tengo presente. Te tengo siempre muy presente, Negro, y nunca olvidaremos al inmenso WEN, que siempre fue reconocido por nuestro PCD como símbolo y ejemplo a seguir.

(Este artículo fue publicado en el libro: A los 60 años: dos panfleteros de Santiago contra un régimen tiránico, en la página 240, y lo reproduzco en ocasión de cumplirse este 29 de enero del 2021, un aniversario más. Recomiendo la lectura de este libro del apreciado amigo Negro Veras, un  valioso aporte  a la verdad histórica).

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