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viernes, abril 26, 2024

Raro ambiente atrapa precios de las comidas

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Los precios de las comidas rutinarias de los dominicanos, lo que hay que comer todos los días, están atrapados por un raro ambiente. Distintos elementos se entrecruzan entorpeciendo ver con claridad el efecto de la ley que rige los precios, la de la oferta y la demanda.

El consumidor se queja porque los precios de las comidas andan por las nubes. Andamos espantados porque los montones de víveres existen en los mercados en donde los depositan los intermediarios. Pero muchos prefieren no comprar la comida, espantados por los precios. Pero hay productos.

Ahí es que se quiebra la norma. Hay productos suficientes, pero los demandantes no los quieren. Luego, los precios debieran de bajar.
¿Qué está ocurriendo, entonces?

Los productos que busca el consumidor porque los necesita, no nacen ni repollan en los lugares de expendio. Son llevados o traídos a esos sitios por agentes que los adquieren en su lugar de origen, de manos de los productores.

Hay un agente intermedio que en apariencia es quien quiebra la ley fundamental de la oferta y la demanda en el proceso de suministro. Ese agente se llama intermediario.

El intermediario es un empresario que se acerca por rutina a los productores y les arranca el fruto de su esfuerzo al precio fijado al ojo por ciento, con regularidad.

El pequeño productor no tiene a manos la técnica ni la asesoría para fijar precio adecuado a su producción. Lo hace en discusión con el intermediario, bajo presión de la necesidad y la urgencia de tener a mano en moneda el fruto de su esfuerzo.

Está todo claro. La libertad de empresa que sirve de base a la actividad del intermediario no se rige por ningún control. Ni por la ley de la oferta y la demanda. Se rige por la maña especulativa del intermediario, quien coloca la producción en los mercados a su libre albedrío.

¿Y la disciplina de la autoridad, su responsabilidad para fijar el equilibrio, dónde está?
Llevamos decenas de años viendo lo mismo y sólo sobrevive la especulación del intermediario y el grito de los consumidores.

Vayamos al grano, gente del Gobierno. A bajar los precios con la autoridad debida. Volveremos sobre el tema.

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