La base del estoicismo descansa en el dominio de las pasiones perturbadoras que de la vida surgen. La virtud y la razón constituyen las dos armas con las que dichas pasiones deben ser combatidas.
En esencia, el estoicismo se considera una vía por la cual es posible alcanzar la felicidad y la sabiduría sin acudir a comodidades, a bienes materiales ni a fortunas, desprendiéndose de ello lo que suele llamarse moral estoica, sustentada está en un tipo de práctica o actitud basada en la fortaleza espiritual, en la que se destaca la ecuanimidad.
El fin perseguido por sus representantes era la máxima espiritualidad en el interior humano, así como un cierto grado de autonomía frente al mundo, a la naturaleza, al universo en general, especialmente frente a los hechos o eventos que de estos se derivan.
Además, el estoicismo se sustenta en una triada de saberes distintos, pero interrelacionados: Lógica—Ética— Física
Principios básicos en los cuales se sostiene estoicismo:
*- El interior del yo, más bien del individuo, es la esencia a la cual debemos prestar mayor atención. Lo planteado aquí por estoicismo no es más que el auto conciencia y el auto dominio del humano. De aquí una de las máximas sentencias de los estoicos: «La naturaleza humana rige nuestro modo de vida» lo cual no implica de modo alguno que vivamos de las vanidades, de los excesos como vivir en grandes mansiones, tener grandes mesas con manjares o andar desnudo. Tampoco implica que lo natural sea lo moralmente correcto de manera tajante.
*- La ignorancia de la acción interna, de la moral (hoy día falta de auto conciencia) conduce a prestar mayor atención a las acciones del otro, de los demás. De aquí el llamado estoico de concentrarte en lo tuyo, de fijarte en ti mismo, de auto curarte tu propio yo. «Dejas de fijarte, de especular de los vecinos, pues ello implica pérdida del tiempo y falta de ocupación de tu propio yo» aquí, ignorar lo que hacen los demás, tampoco significa pasar por alto la presencia o existencias de estos, aunque actualmente la ciberredes has inducidos a la humanidad hacia el cibermundis del otro, despojando así a cada ser en un sujeto encerrado en un mundo carente de identidad propia, en el cual pierde todo tipo de noción espacio-tiempo, y por ende toda noción histórico social, cuestión ésta última que tampoco es finalidad de los que hoy suelen llamarse estoicos, pues su autor-yo de una u otra manera los desconecta de la sociabilidad humana, más bien se desocializan de los vitales componentes que constituyen esencialmente las comunidades.
*-Diconomía de control. Es una desfachatez, algo ridículo e indignante el hecho de que te haya detenido a pensar de si has acertado o no en un evento particular o en la vida en general, pues lo importante es lo que permanece de tu base de control, no así lo que te presentan los factores externos a ti. Preocuparte por la muerte, pensando que puedes morir hoy o mañana no es de tu dominio, ello es correspondencia de factores externos a ti, preocúpate por vivir cada día que te regala el amanecer. Cuando ésta, la muerte, no depende ti es perder también el tiempo.
*- Percepción de la realidad. La mentalidad, la conciencia propia es la que te liberan de la prisión. Vuelve aquí el auto yo, la necesidad de la auto conciencia, pero la autoconcia individual(individualismo moral o moral individual.
*- reconocer el error a tiempo es el camino más rápido a la mejora. Creo que este es el principio que mayor lecciones e instrucciones puedes arrojar en la vida cotidiano, pero la mayoría se resisten a su aplicación. De igual altura está el principio de «recuperarse mentalmente a cualquier infortunio» siendo este último el que más sustentan los estoicos en la concepción de que «el estoicismo es la única filosofía capaz de sobrevivir a cualquier caos»
Finalmente, el estoicismo constituye una corriente filosófica puramente espiritualista bajo amplios fundamentos idealistas que a lo largo de los años sirvió de base tanto al cristianismo como al budismo. La figura más destacada del estoicismo fue Séneca, por su rol desempeñado en el Senado de la Roma clásica. Según Tácito, el más grande biógrafo de la antigüedad, Séneca fue uno de los más corruptos que se haya conocido en la antigüedad, ello, a pesar de haber escrito «el famoso tratado de moral».
